para lanzarse al vacío;
lo hacen los paracaidistas
y también los alas delta,
puenting, cuerdas basculantes;
no miran si hace calor,
si está helando o hace frío,
pendientes solo de pistas,
suelos, ríos y ala abierta;
vida y muerte por delante.
Los creyentes somos locos,
desafían la gravedad,
la inercia y el albedrío,
el silencio tan cercano
y tan lejano a la vez,
no tener miedo a los focos
al gentío, a la soledad,
ni a este corazón mío
que no entiende los arcanos,
sin memoria como un pez.
No me extraña que haya gente
que tienen miedo a creer,
ni hablar quieren de este tema;
pues la vida les va en ello,
con principio y sin final;
piensan más inteligente
defender mejor su lema;
por no perder el cabello
lucen su calva frontal.
La fe es un riesgo de vida
en que te lo juegas todo;
no sólo por la Promesa,
el personal compromiso
de creer en Jesucristo,
un ajusticiado en Cruz,
es la existencia perdida
en tribulación y en lodo,
y descomunal sorpresa
que el Maestro vivió sin piso
ni almohada, sólo un risco.
Locos de pies a cabeza,
por dar la vida también
por los hermanos más pobres,
marginados, despreciados,
muertos sin sepultura;
pero tenemos certeza
que el cielo es nuestro Edén;
serán llenos nuestros cofres,
nuestros anhelos saciados
de Amor y Vida futura.
Buenos días, buenas tardes,
hasta luego, ya nos vemos
en la oficina, el trabajo,
en el campo, en la calle,
en el fútbol, en el bar ;
no es cosa de cobardes,
no es empequeñecemos
si alguien nos deja debajo;
eso es un simple detalle
de sumisión y humildad.
Compartir la vida entera
nos engrandece y honra
en el marco terrenal;
¿somos existencialistas?
la existencia es nuestra fuente,
existir es la frontera
que ni vida o muerte borra,
tenemos la eternidad
y somos los finalistas
de esta lucha permanente.
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