martes, 24 de mayo de 2016
ESOECIAL. S/N.
DUIROFANO...REPOSICION DE CRISTALINOS...REPOSO TOTAL HASTA EL DIA 1 DE JUNIO, DISCULPAS y GRACIAS.
miércoles, 18 de mayo de 2016
Diálogos en el Vaticano, 37. AQC. 919
Sin embargo este
punto, como otros muchos, han permanecido en estado de un “secreto suspense” hasta nuestros días, por
aquello de que “hay otras muchas cosas
más urgentes de solución”.
Juan Pablo I, que sólo
vivió un mes como Papa, y sonrió como ningún otro Papa lo ha hecho, hasta
ganarse el apodo de “el Papa Sonrisa”, no quiso intervenir en este escabroso
tema, por lo que prefirió lanzar al viento miles de solicitudes de dispensa,
dado el convencimiento del poco tiempo de que disponía, dado su terminar estado
de salud.
Así lo hice comprender
a mi Obispo, don Antonio Dorado que, sin dudarlo un momento, me animó a
redactar de nuevo ese mismo día el documento de Solicitud idéntico al mismo
rechazado por la Santa Sede, y se lo
entregué en mano.; pero no cambié ni una sola letra del que había escrito
anteriormente.
Entendía que estaba
tan ajustado a la verdad, que, en conciencia, era correcto.
Como era de rigor, le
advertí que si insistían en la negativa, yo estaba dispuesto a viajar a Roma y
explicar mis palabras y mi posición como teólogo en la Sagrada Congregación de
la Doctrina de la Fe.
Ahora era cuestión de
esperar, seguir mi vida trabajando y
orando por todos los asuntos que llevaba
entre manos.
El 10 de octubre/75,
Antonio Dorado me escribe una carta
personal y el día 16 de diciembre otra carta de Leovigildo Gómez
Amézcua, Canciller Secretario del
Obispado de Guadix-Baza, antiguo amigo del Seminario, y de ahora; ambos me
explican, cada uno desde su punto de vista y en cumplimiento de sus funciones,
la forma de proceder para llevar a cabo mi decidido deseo de completar la vocación de mi vida, uniendo
en mi persona las dos facetas humanas de la vocación con que Dios me llamó:
“Ser Sacerdote Casado,
al estilo de los primeros Apóstoles, la
Patrística Primitiva y haciendo valer la
declaración conciliar, que la recordamos sin cesar, de que - el Celibato ya no
es imprescindible como /condlio, sine qua non/ para acceder al orden Sacerdotal, al tiempo de valorar la santidad
y ejemplaridad de vida de los clérigos y presbíteros de Rito Oriental de la
misma Iglesia Católica romana”; sin olvidar la santidad del estado conyugal de
los casados, seglares o sacerdotes.
…….
lunes, 16 de mayo de 2016
Diálogos en el Vaticano,36. AQC. 918
El Obispo, Antonio Dorado
Soto,. me comprendió tanto, que tuvo una confidencia digna de ser recordada:
“Te estás jugando todo tu Sacerdocio, por
defender algo que desde mi punto de vista es totalmente razonable y verídico;
las cosas debieran haberse hecho así desde siempre; pero la pura realidad es
otra muy distinta; te explico:
Si yo pudiera hacer realidad
en esta mi Diócesis de Guadix, daría
autorización a la mayoría de los Sacerdotes Casados, y sería mucho mejor para
todos, pero enseguida me llamarían de Roma y me retirarían como Obispo.”
Yo, entonces, le conté una
dolorosa anécdota, que había conocido:
Un Obispo dijo, en plana
reunión de Sacerdotes de su diócesis:
“No os exijo que seáis
castos; pero si, que seáis cautos”;
“No temo a los curas
puteros; pero siento terror a los que dan motivos de escándalos”.
Aunque no venga al caso, es
muy cierto que a lo largo de la historia de la Iglesia, se ha ocultado mucha
basura bajo las alfombras de un secretismo clerical que, a parte de ser
culpable, desprestigia, más que ninguna otra cosa, la propia Ley del Celibato.
Todo cambió a partir
del Concilio Vaticano II, en que el Papa, hoy San Juan XXIII, ya introdujo el
tema del Celibato en el temario general, satisfaciendo la respuesta recibida de
todo el mundo a una simple estadística hecha en la preparación del Concilio;
todos sabemos que dicho tema fue luego retirado del Aula Conciliar, por la
presión ejercida de un amplio sector de los, entonces. Padres conciliares, al lanzar una amenaza de separación eclesial si tal tema no
se eliminaba; el ya también beatificado
Paulo VI, que fue el continuador, hasta la conclusión misma del
referido Concilio, concedió muchas
Dispensas, sin titubear, y patrocinó el
suave documento sobre el Sacerdocio, en el que se llega a admitir que ”el
celibato ya no es requisito indispensable para el acceso al Presbiterado”.
¡…ver texto conciliar
sobre el Sacerdocio ...!
…….
sábado, 14 de mayo de 2016
Diálogos en el Vaticano,35. AQC. 917
Una vez aprobados todos los cursos y el proceso de
investigación de la Tesis Doctoral, formulo el texto de la Solicitud de
Dispensa, y la entregué al Obispo de Guadix, Don Antonio Dorado Soto, en
agosto de 1975.
El texto de la Solicitud era totalmente original, ya que ni
conocía entonces, ni conozco ninguna otra Solicitud, ni proceso de Dispensa de
la Ley del Celibato.
A final de octubre de ese mismo año, el Obispo me comunica
que la respuesta dada por la Santa Sede ha sido negativa, con la advertencia de
que se me puede declarar hereje por haber solicitado también,
“seguir ejerciendo
el Sacerdocio desde el Matrimonio, según la doctrina y la práctica aplicada por
el propio Jesucristo en el Evangelio.”
Para mi, admitiendo lo arriesgado de dicha afirmación,
estaba seguro de mi ortodoxia teológica, frente a una Ley de Celibato que
carece de valor revelado, y es sólo una norma de disciplina eclesiástica
positiva, pero no dogmatica.
En marzo de 1976, hablé de nuevo con Antonio, con el fin de
que me autorizara a viajar al Vaticano para explicar la ortodoxia de mi
pensamiento teológico.
El Obispo me advirtió de la inutilidad de este viaje:
- “no
merecía la pena dar explicaciones a la alta jerarquía de la Iglesia”;
- “no
me iban a prestar atención”;
- “no iba a obtener la Dispensa solicitada”;
- “me cerrarían la posibilidad de solicitarla de
nuevo”;
- “sería mejor plantearlo de forma diferente”.
Le insistí en que si yo no hacía valer esta idea de
integración entre Matrimonio y Sacerdocio se rompía el poco y el gran valor teológico para la Iglesia, no sólo
de la Tesis Doctoral, sino también de mi dedicación a su estudio y de mi propia vida.
…….
jueves, 12 de mayo de 2016
Diálogos en el Vaticano,34. AQC. 916
Como os había prometido, a partir de
mañana, os transcribo los tres primeros Diálogos; los dejé sin publicar, para
que no os extrañe esa cierta dureza de los, con se produjeron.
Ahora, que ya conocéis el fina, ya que
sabiendo el final podéis comprender mejor el conjunto de todo el proceso. ,podréis
comprender mejor el conjunto de todo el proceso.
En la misma entrevista
con Antonio Dorado le entregué un documento y el informe del Doctor Cuellar en
que constaba el estado de gestación de Isabel sin haber perdido la virginidad e
integridad del himen, pues no habíamos practicado el acto sexual completo.
Todo el mundo sabe
que, entre hombre y mujer, puede haber una serie de juegos eróticos, más o
menos íntimos, por lo que existe la posibilidad de un embarazo no deseado;
éramos ambos vírgenes físicamente hablando, y al mismo tiempo ambos estábamos
esperando el nacimiento venturoso de un bebé, hijo de unos juegos no
suficientemente cuidados; porque ni ella ni yo teníamos experiencia previa
sobre este delicado tema; jamás practicamos las relaciones sexuales hasta
después de recibir el Santo Sacramento del Matrimonio Cristiano, como había
sido siempre nuestro deseo; pero de momento deberíamos vivir, y, con toda y total entereza, nuestra realidad; por lo
que debíamos comportamos como era nuestra mutua obligación, fieles a nuestra
conciencia y la fe en la vuluntad del Padre.
…….
martes, 10 de mayo de 2016
Diálogos en el Vaticano,33. AQC. 915
Estos, y no otros,
fueron los motivos personales de no aceptar jamás cargos episcopales que me
ofrecieron a lo largo de mi vida, en Chile, en Perú y en España.
En aquellos días y en mis circunstancias, independientemente de
cualquier otro planteamiento, yo había comentado a otros, por primera vez en mi
vida, mis intenciones de investigar, razonar, escribir y dar a la Iglesia una
Tesis Doctoral sobre la necesidad de revisar, razonar y actualizar aquella “Ley del Celibato”, en cuanto ella se refiere
a los curas de almas como Sacerdotes Seculares Diocesanos.
Ante la sumisión,
mezclada con la falta de observancia que siempre ha estado y ha
acompañado a dicha
Ley, mi rotunda afirmación de que la Ley del celibato no es de origen divino ni
tiene valor dogmático alguno.
Dejé claro, desde el
principio, y siempre, que no estoy en contra de la práctica de la virginidad y
celibato, vividos de forma íntegra, que tantos santos y santas han vivido de
forma heroica con votos o sin ellos.
Estaba, y estoy en
contra de la coexistencia de unos Votos y unas
Leyes sobre la Pobreza, la
Castidad y la Obediencia, que son mancillados por las mentiras, ante Dios, ante
los demás hermanos y ante si mismos, a que siempre acompaña el abuso del
dinero, del sexo y la incomprensión, dejando un reguero de lágrimas y
sufrimientos de gentes inocentes.
La idea causó un
cierto estupor en el Profesorado y en los Alumnos, mis compañeros de Teología;
oí algunos comentarios, afirmativos y negativos.
Les gustaba la idea,
pero las posibilidades de que esta se implantara en la Iglesia Católica Romana,
la veían lejana y casi imposible; aún reconociendo la necesidad del cambio.
…….
Date una vuelta por
esa otra realidad que cura el espíritu:
…….
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