viernes, 9 de marzo de 2012

"CLASES DE ORACIÓN"

Segunda parte: (para creyentes y aspirantes a serlo)

AVISO de NAVEGANTES: No tengáis miedo de asomaros a la profundidad de
vuestro propio espíritu; si te asomas, lo verás: es el mejor panorama que un ser
humano podrá jamás contemplar( mucha gente no lo sabe)..

1.- Oración de petición:

Las necesidades vitales  que son producto de nuestro existir y no siempre son s
uficientes para nuestra subsistencia personal y compartida con la familia y los
demás miembrosde la comunidad humana con la que nos ha tocado vivir, por
opción propia o pordesignación de nuestra familia o nuestro superior en autoridad
 y gobierno:

a) Pedir a Dios que derrame sobre nuestras necesidades su providencia y generosidad.

b) Solicitar salud y fuerza para producir o colaborar con otros los medios necesarios
 e imprescindibles.

c) Con frecuencia acude a otras personas para solicitar ayuda para lograr lo que solo
 no puede conseguir.

d) Encontrar los caminos más adecuados para acertar en nuestras decisiones bajo la
voluntad divina.

2.- Oración de gratitud

El ser humano reconoce a cada paso su condición como sujeto de dádivas y regalos
 desus familiares y amigos; con frecuencia reconoce que él no habría logrado solo lo
 que es,  tiene y disfruta; y entonces surge en él un impulso de agradecimiento:

a)     Debemos la vida a nuestros padres, así como el sustento y la educación de
nuestros primeros años de nacidos.

b)    En el acontecer diario, reconocemos el papel beneficioso que nuestros amigos,
 compañeros y vecinos, hermanos y familiares ejercen en nuestro provecho.

c)     Miremos a donde miremos y toquemos lo que toquemos, todo a nuestro lado y
en el mundo entero nos presenta un panorama universal de cosas que ni nuestros
padres, amigos y vecinos, ni nosotros hemos hecho o creado.
     
Somos conocedores de las disponibilidades con las que está rodeada nuestra existencia
en la tierra que habitamos.

“Es de bien nacido el ser agradecido”.

Sentimos un impulso interior que constantemente nos conduce a manifestar nuestro
agradecimiento  ante los demás; y allí, donde no llegan los demás, quedamos absortos
ante la grandiosidad que ese Creador, Gran Desconocido, al que llamados Dios, ha
 hecho y puesto a nuestra disposición. Todo nos empuja a exclamar espontáneamente:

“ ¡¡¡ Gracias !!!, padre, madre, hermano, hermana, amigo, vecino... Dios nuestro ¡!!

La oración viene a ser como un grito de Petición y/o Gratitud por lo que necesitamos
o/y tenemos, no por nuestros méritos propios, sino por la gran generosidad de la
 voluntad de los demás y la Providencia divina, que velan siempre por nosotros,
incluso cuando ni siquiera lo merecemos.

C.-
LA ORACIÓN, SOLITARIA?
Tercera parte: ( para personas que aún no han aprendido a compartir)

Cuando sentimos tristeza o alegría personal, aflora en nosotros un sentimiento que
nos impulsa a pedir o  agradecer, de forma espontánea, por los elementos que nos han
provocado la alegría o latristeza.

Podríamos decir que la oración jamás se puede quedar en el plano individual, puesto
 que el creyente, por el simple hecho de serlo, siempre está abierto a Dios y a los
 demás y su oración es comunicativa, tanto cuando ruega y pide que cuando agradece
 y da.

Cuando Jesucristo, nuestro modelo a seguir, estaba abatido hasta sudar sangre, oraba
 enel  huerto de los olivos en Getsemaní, estaba en soledad, pero su oración era 
abierta y comunicativa: por una parte miraba al Padre cuando decía: “Padre, si es
posible pase de mi este cáliz” y, al mismo tiempo se sometía a su misión salvadora;
 “no se haga mi voluntad, sino la tuya”; por otra parte miraba a sus discípulos y,
 mientras con dulzura les reprochaba: “no habéis velado ni una hora conmigo”
ofertaba su sangre dispuesto a morir por todos:
 “este es el cáliz de mi sangre, que será derramada por vosotros”

El creyente orante es un alma que saborea en su intimidad el dolor y el gozo mientras
 se encuentra unido a su Dios y a sus hermanos con quienes se sabe y se siente unido y
solidario con las tristezas y alegrías que afectan a los demás.
El sentido comunitario de la oración está presente en la oración modelo, tanto cuando
se ora en soledad como cuando se ora en compañía de otros;  “cuando oréis decid::

“PADRE NUESTRO, no Padre mío;
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, superior a todo lo terreno;
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, por encima de todo otro nombre;
VENGA A NOSOTROS TU REINO,  Reino sobre todo reino, y eterno;
HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO, universal.

DANOS EL PAN COTIDIANO, confianza común en la Providencia:
PERDONA NUESTRAS OFENSA COMO NOSOTROS PERDONAMO A LOS        
                    QUE NOS OFENDEN, el perdón que Dios nos da esta condicionado a
                    nuestra capacidad de perdonar a los demás cuando estos nos ofenden.                    
 NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, ya que somos tan débiles;
Y LÍBRANOS DEL MAL”, al que estamos predispuestos por la libertad mal usada.

Los seres humanos somos como un racimo de uvas, caen y se estropean juntas;  los
seres humanos no se condenan ni salvan solos, porque unos arrastran a los demás.

Nuestra integración e identificación con Jesucristo, Persona Divina y Humana, al
imitarle, sentirle y vivirle en nosotros, siendo con Él corredentores, nos conduce al
disfrute de un estado sublime y trascendente que no es otra cosa que empezar a vivir
en vida terrestre un adelanto de la vida eterna de Amor a la que nos alienta la firme
Esperanza, cuya seguridad nos otorga la Fe.

Esta experiencia de lo divino en lo humano, no es algo raro en las personas que viven
abiertas a ese grito interior, común a todos los humanos; quizá algunos no lo oyen por
la algarabía que distrae sus oídos interiores, los oídos del espíritu. ¡¡¡Una lástima!!!

D.-
ORACIÓN,  EN GRUPO
Cuarta parte: ( para personas que comparten vida con los demás)

Ante todo debemos distinguir el tipo de grupo de que se trata, por la diferencia
 básica y funcional del grupo.

a)  Oración del  Matrimonio como pareja,
          “      del  Matrimonio en Familia con los hijos,
          “      de Matrimonios unidos con otras familias completas;

b)Oración en grupo de Trabajadores/as;

c)Oración Conventual propia de Religiosos/as;

d)Oración de jóvenes;

e)Oración infantil.

1.-la Oración del Matrimonio como Pareja

es la oración más perfecta; porque es la más compartida si atendemos a la esencia
misma del Matrimonio:
 
“los dos, hombre y mujer, ya son una sola carne”
es el “nosotros” más completo de la unión entre dos seres humanos; lo más cercano
 a la  “Esencia Divina única y trina en Personas”.

Cuando un hombre y una mujer se unen en Matrimonio dejan de ser “tú” y “yo” para
ser un “nosotros” al que va ligada la divina misión de continuar la creación de nuevos
hijos de Dios Creador y Padre, por el mandato imperativo del “Creced y multiplicaos”.

Por eso su oración adquiere la impronta sagrada de unión vital, no para satisfacer sus
 bajos instintos sino para cumplir la misión encomendada.

Es muy hermoso el pasaje de Tobías ( Tobías, 8, 5 y ss.) cuando antes de entrar en la
alcoba y lecho nupcial  hace con su esposa una oración modélica, que merece recordar.

2)     La  Oración del Matrimonio en familia con sus hijos.

Cuando los Padres a quien corresponde en primer lugar la educación completa,
incluida la educación religiosa, de sus hijos, con la única limitación que marca su
cultura y conocimientos técnicos, por lo que delegan dicho derecho y obligación en
personas (educadores técnicamente formados en las diversas disciplinas de formación
inicial, media y universitaria.

Con dicho preámbulo, hay que tener en cuenta la estructura familiar,  para que los
 padres no traspasen los límites de la mayoría de edad de sus hijos,  estos, con todos
 los criterios  adquiridos en su personalidad son libres de continuar las costumbres
que han aprendido de sus progenitores. 

Si tenemos en cuenta que la educación verdadera tiene como condición ineludible el
ejercicio constante de la libertad individual; si no es así hemos llegado a la conclusión
de que no estamos educando sino “domesticando”.

La oración con los hijos debe ser absolutamente respetuosa desde el principio; no se
 les puede obligar, ya que la Fe y el sentido religioso de la vida es algo personal que
no se aprende si no se vive.

En la medida que, con nuestro ejemplo y vida espiritual, los hijos van sugiriéndonos
 el ritmo de educación religiosa de que son capaces; al llegar a su mayoría de edad,
ellos se encargan de su propia responsabilidad.

Sería ideal que su Fe no estuviera ligada a una cultura ideológica y civilizadora,
 para que sus opciones tuvieran todo el valor de su libertad de elección, en la que
si es muy importante el grado de integridad sincera y honesta de nuestro
 comportamiento como padres origen y vida de sus vidas.

Aquí radica el mayor mérito de nuestro papel de creadores de vida junto a Dios: los
hijos no nos pertenecen  propiedad;  cuando los hemos engendrado y ayudado hasta
que ellos nos necesiten, ellos son “ellos”; y no debemos enturbiar su camino libre. 

Este es un reto para el que la mayoría de los padres y madres no están dispuestos,
 pues no fueron educados ni preparados para sumirlo.

3)     La Oración de Matrimonios unidos con familias completas

No son muy frecuentes en la realidad de muchos; pero los frutos de los grupos de
las familias en comunidad son ábundantisimos, porque su enriquecimiento es rápido
 y muy efectivo; el cúmulo de experiencias aportadas se convierten desde el primer
momento en la mejor escuela de padres; y su oración va acompañada de una unción
sagrada y emocionante; clarifican ideas y comportamientos que benefician a grandes
y pequeños; suele ser mayoritariamente espontánea.
No debieran faltar en ninguna comunidad humana que se precie de progreso social,
 humana, religiosa y espiritual

b)     La Oración en grupo de Trabajadores/as

La valoración sagrada del Trabajo va vinculada a personas que previamente han
aprendido a ver la actividad humana como un medio de perfeccionamiento personal
 con resultados tan  cercanos como el sustento de sus familias y la mejora del nivel
de vida, en vez de soportarlo como un castigo divino fastidioso y tedioso del hay
que huir siempre que “el hambre y la necesidad lo permita”..
Si es así, la oración en grupo de trabajadores y trabajadoras aporta en primer término
un acercamiento de amistad y compañerismo en el esfuerzo y la consecución de fines
comunes que compensan sufrimientos,  anhelos de muchos años que por fin se hacen
 realidad palpable.

Está impregnado de fortaleza y energía ruda y rústica; lo religioso y sagrado  les hace
ver  a Dios en sus manos encallecidas y sus almas aceradas.

Por supuesto, hay que provocar la oración espontánea y viril con toda la delicadeza y
amor maternal de que son capaces las mujeres del grupo; sus conclusiones son
siempre tan recias y sangrantes como el dolor y la vida; sublimes como sus ilusiones.

c)      La Oración conventual de Religiosos y Religiosas

Tenemos que entrar de puntillas y en silencio, sumisos y humildes, con nuestro aliento
contenido y el alma dispuesta.

Es un mundo aparte clavado en la materialidad de este universo; hombres y mujeres que
eligieron por vocación la vida contemplativa en la sublimidad de lo divino y lo humano;
 reza al levantarse, al acostarse y en todo el tiempo de sus días, hasta cunado trabajan:
 “ora et labora”, reza y trabaja.

Repite y canta salmos, antífonas, oraciones, Sagrada Eucaristía, Santo Rosario, himnos y
plegarias sin fin.

Su oración no es inútil ni egoísta; ruegan al Altísimo por los enfermos, los pecadores,
los niños, jóvenes, ancianos y desvalidos, ruegan por la paz y el trabajo, por los vivos
 y por los muertos, por sus familias y por los alejados.

Su oración quiere ser y es como una palanca que multiplica por infinito el apostolado
de los misioneros y de todos los que trabajan para que el Reino de los Cielos sea una
realidad en la tierra.

El rendimiento y logro de resultados espirituales y religiosos del mundo están ligados
 inseparablemente a la oración de ese ejército cuyas armas son la oración y su propia
inmolación de por vida.

d)    La Oración de los/as Jóvenes

La juventud es la época de la vida marcada por la fuerza del crecimiento y la plenitud
ascendente del desarrollo biológico de la existencia humana.

Un volcán en constante estado de explosión; nadie jamás ha podido predecir el futuro
remoto de una persona joven; hay numerosos espejismos que nos hacen sospechar, sin
seguridad alguna, futuros inciertos, dunas irreales y pantanos de vapor.

El ímpetu que late en el corazón de todo joven, lleva a este a dar pasos imprecisos y
titubeantes que despistan a sus propios padres y educadores hasta la extenuación, en
muchas ocasiones, educadores y padres se preguntan angustiados: “¿en qué nos
 hemos equivocado? ¡nuestros pupilos ya no ponen en práctica lo que les hemos
enseñado!” El/ella crecen y comprueban que sus progenitores y profesores no les
contaron todo: la realidad de la vida, que encierra un sin fin de facetas y matices
que ellos/as van descubriendo por su cuenta y riesgo, con frecuencia con la ayuda
 de otros jóvenes, de buenas y malas formas, a veces con torcidas intenciones, todo
 aquello que padres y educadores callaron por miedo, pudor, prudencia o ignorancia,

Cuando el/ la joven logra centrar su atención en los religioso/espiritual, lo hace con la
fogosidad y entusiasmo que le manda el corazón, cargado de alegría irreflexiva; loca; 
como el amor aún no encontrado de su fuerza interior; sufre, duda, teme y desconfía;
descubre que sus progenitores y profesores no le han dicho, contado y enseñado todo.

Cuando en la noche obscura del alma vislumbra una luz, una chispa, una palabra, un
gesto, un lance atrevido, independiente, arriesgado de otra persona, normalmente
 mayor que él, se lanza al vacío como un soldado sin paracaídas por la salvación de
su Patria,  él se arranca de su inquietud dudosa, se lanza ante el riesgo de jugarse la
 vidasiguiendo  el ideal propuesto por el líder que le ha iluminado.

Hemos sido testigos de este fenómeno de masas juveniles, puestos de pié y dispuestos
a todo, ante el grito jubiloso de Jesús de Nazarét repetido con la fuerza de este siglo:
“NO TENGAIS MIEDO” EL MUNDO OS NECESITA”, con que nuestro Beato/santo
 contemporáneo Juan Pablo II  ha hecho llenar todos los rincones del mundo; después
 de  su muerte se sigue oyendo el eco de su voz en nuestras almas y concentraciones
 de
masas; su oración de JOVEN DE OCHENTA AÑOS ha calado y conmovido hasta los
cimientos la joven sociedad de nuestro siglo hasta futuros tiempos; con él hemos
aprendido a orar desde la alegría, el entusiasmo, el dolor y el sufrimiento.

e)      La Oración Infantil  

Todos hemos sido niños. Recordarlo puede ser gratificante.

Mientras nuestra juventud nos permitió realizar estudios, aprender a trabajar y ser
independientes y libres, seguir nuestros ideales profesionales, económicos, sociales
artísticos, profanos y  turísticos; encontramos nuestra plenitud humana intelectual,
personal y podemos expresar nuestra felicidad al ver nuestra “misión cumplida”; la
vida nos colma de amor y nuestro gozo interior sale por todos los poros de nuestra
piel; cuando miramos emocionados y absortos el crepúsculo de nuestra existencia y
vida terrestre, volvemos hacia atrás nuestra vista para echar una última mirada a
 nuestra infancia, vemos lo que entonces fuimos, sentimos, vivimos sin percatarnos
de la experiencia angelical en que estuvo envuelta nuestra infancia:

-“ abba, abba, abba”, era nuestro primigenio lenguaje que todos entendían y
atendían lo  que queríamos decir y cuanto necesitábamos;

-mama, papa, tata...

-oímos por vez primera la palabra “DIOS” en el misterio de nuestra pequeñez;
-el nombre de la Virgen María apareció en el delicado pergamino de los labios
 de nuestra madre:
-oramos repitiendo con candor el “Jesusito de mi vida,...”;
-nuestra Fe era tan simple, natural y segura como lo eran nuestro padre y nuestra
 madre; -aprendimos a juntar nuestras manos en actitud orante;
-nuestro padre nos mostró cada mañana el despertar del astro rey; aprendimos a
jugar -viendo jugar y jugando, entre hermanos y hermanas.
-éramos religiosos sin saberlo ni comprenderlo;

Dios, la Virgen María y los Santos estaban en el aire mismo que respirábamos;

-era oración todo el pequeño conjunto de palabras que torpemente decíamos;
“¡dame...dame...dame..., toma... toma...toma... decíamos, con frecuencia
llorando  o sonriendo; y siempre con absoluta sinceridad;

Hemos llegado a pensar que nuestra oración de adultos, que hoy deseamos hacer
buscando profundidad y autenticidad, podría ser la vuelta a esta oración sencilla
 y espontánea de nuestra infancia, en la que no cabía la tibieza, la rutina y el
absurdo, tonto y vergonzante automatismo de que ado0lece con tanta la “falsa
 oración” de tantos adultos.

La repetición de oraciones aprendidas de memoria, nos recuerda el mecánico
repetir del gramófono el disco duro o digital de las máquinas: Eso ¡no es oración!

A modo de CONCLUSIÓN:

Buscamos orantes; queremos ser orantes de los pies a la cabeza de por vida:

-la oración espontánea, como gritos de dolor o de alegría. 
-la unción sagrada del monje /monja que se consume segundo tras segundo tras
los muros de la contemplación,
-la oración compartida de los esposos que se gastan por los hijos,
-la oración ruda y sacramental de los/las trabajadores/as sin tapujos,
-la oración explosiva y pura de los/as jóvenes buscadores ansiosos de luz,
-la oración cálida y balbuciente de la infancia.

Es nuestra postura ante Dios; oración espontánea y sincera, a corazón abierto.

Nos invade la curiosidad y la vivencia interior  al ras de  nuestra propia realidad:

-las expresiones, a veces desesperadas desde la angustia, de nuestros antepasados:
-“maldito el día en que nací” de algún profeta en horas bajas;
-el “fiat”, “hágase en mi según tu palabra” de María, Madre de Jesús y de la
Iglesia”, y por ello, nuestra Madre;
-la imagen de Francisco Javier abrazado al Crucificado cuando expiraba con los
ojos clavados en el paisaje y cielo de la China que él deseaba bautizar
-el “vivo sin vivir en mi” de nuestra admirada y envidiada Teresa de Jesús;   
-el abrazo a la Sagrada Eucaristía del niño Tarsicio, Mártir;
-la entrega generosa de su vida martirial a Jesús, de María Goretti”;
-los ojos llenos de humo de Juana de Arco, cuando ardió en la picota, por su Fe;
-el último suspiro bañado en sangre junto al paredón de Pedro Poveda;
-la última mirada silenciosa  de Juan Pablo II al mundo en el balcón del Vaticano;
-el suspiro agonizante de todos los que viven y mueren creyendo, esperando y
 amando con todo su ser al Dios Creador y Padre que nos parece callar,  ausente y
 escondido, pero
 que grita y está tan presente y visible en cada piedra, en cada
monte, en cada valle, en cada flor, en cada corazón humano que sufre y goza,
dando respuestas y amor a todo el que le llama desde cualquier circunstancia y
realidad vital.

La oscuridad de la noche,  jamás apagará la luz de tantos millones de estrellas.

En la noche oscura del alma y en las horas bajas de todo ser humano normal e
inteligente jamás faltan millones de chispas de luz, misteriosa pero real, que
brilla e ilumina el pensamiento que hace diferentes a los hijos de la naturaleza
humana de la que somos integrantes.

Todo el progreso material o/y espiritual de cada uno de nosotros puede ser útil y
provechoso a todos los demás, pero surge un obstáculo casi natural, porque es
congénito a todos; las vivencias personales de unos tropiezan con la barrera del
orgullo y egoísmo de los otros.

Somos al mismo  tiempo imitadores y envidiosos de lo bueno y, a veces, malo
de lo que hacen los demás, pero a la vez hay una predisposición de rechazo de
todo, por culpa del  “simplejo de superioridad” de que padecemos por contagio.

La falta de comunicación interpersonal nos aísla peligrosamente y nos esclaviza
anquilosados  en un ostracismo individual que, con frecuencia  nos  aniquila y nos
ahoga espiritualmente.
 
Hemos abogado por la  atenta consideración  a la vida de los Santos que nos han
precedido; en todos ellos brilla la humildad como faceta principal de Santidad.

La soberbia es el mayor peligro y obstáculo para lograr la Santidad; de ahí la sana
virtud  de saber callar a tiempo:

-“fue llevado a la cruz y a la muerte como un cordero degollado”;
-“pudo defenderse y no lo hizo”;  al final resultó ser un “mártir del silencio” 
-“es un misterio  incomprensible el silencio de los cordero”
-“el silencio ha sido muchas veces en la historia el más ruidoso grito de libertad”

Todo ello es consecuencia y fruto de una ORACION VIVA, ALEGRE y llena de
AMOR TOTAL.

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