Siendo tan pequeño que no sabía ni jugar,
mis hermanos
mayores, Tomás y José, se
hacían unas escopetas fabricadas con la
ayuda de una
navaja y con el material muy
abundante de
la caña hueca que se cría en
la ribera de zonas húmedas; se toma un
trozo de tres nudos; se le
quita el nudo de
un lado que se convierte en el cañón;
en la
parte inferior, que apega al nudo se abre
una
ranura de 0`03 ms.de recorrido y otra
ranura de
0`01 m. de la parte inferior y que
coincide con el inicio de la superior, se
hace una tira de un cm. de
ancha por 0`50
m. de larga, que viene a ser el
arco que da
fuerza, colocado encima de forma tal que
la parte de un extremo metida en el agujero
correspondiente de 0`02 m. del nudo sito
en el extremo inferior del “arma” y el otro
extremo del arco va metido en la ranura de
0`03 m. , base del balín, introducido en
el agujero, situado justo al principio del
cañón, de 0`01m de la parte inferior del
mismo;
se coloca una piedrita (o balines
fabricados de la propia caña, en el inicio
del cañón, se
presiona hacia arriba con
el dedo la punta del arco, y ésta, al salir
del agujero, se desliza con fuerza del arco
tenso hacia adelante, expulsando la pieda
u otro balín colocado en el interior del
cañón.. . Se colocan lascas de pequeñas
y finas piedras a la distancia adecuada o
muñecos, que con tino van cayendo,
para
honor del ganador que derriba más dianas
NOTA: Como es más dificil explicarlo
que hacerlo, os prometo un plano y forma
de fabricación precisa.
Merece la pen, es un juego ideal
para niños de esta era de la tan moderna
superinformática; juego que heredamos
de los ancestros de nuestros tatarabuelos.
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