domingo, 25 de marzo de 2012

"MACHU PICHU Y EL CIELO", 1, CUZCO

AVISO A NAVEGANTES:

Volveremos a RapaNui y a todos los temas iniciados y seguidos con tanta atención por nuestros amigos internautas de numerosos países.

Hoy nos acercamos con cariño, curiosidad y respeto al sagrario espacio vital de los hijos del sol.

De forma fraccionaria, porque no puede ser de otra manera, para no cansarnos con largos relatos, iremos profundizando en los misterios de civilizaciones históricas en las que nos recreamos y admiramos.
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 Cuando después de muchos años, uno desea contar las experiencias vividas con la sencillez y candor con que las ha visto, tocado y disfrutado, se siente la agradable e íntima emoción que vivió entonces, pero multiplicado por los años transccurridos.

Mientras escribo, cierro con frecuencia los ojos, contemplo y palpo la
realidad de aquellos momentos.

A veces lloro de gozo al recordar. 

Merece la pena vivir, pero la alegría de REVIVIR, es infinitamente mayor.

Lo cuento para compartirlo, pero, además, soy muy feliz al hacerlo.
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 Cuzco y Machu Pichu.
Aviso a navegantes:
Acercarme, ver , pisar y tocar las huellas se los Incas es algo que pone los pelos de punta y sobrecoge de impresión y respeto.

Querer contarlo todo en una sesión, es imposible; por eso adopto el sistema iniciado para otras publicaciones de este Blog, que es más vuestro que mío.

A alguien le puede resultar complicado; pero basta sólo con estar atentos a cada apartado temático, y seguir el número, por orden correspondiente de publicación; si alguien me sugiere otra forma más oportuna, yo estaré encantado en aplicarla sin demora, Espero vuestras indicaciones. Abrazos.



Aunque su fundación se atribuye a Manco Capac, que, después de recorrer toda la Cordillera  desde el Titicaca hasta aquí, clavando su bastón de oro (regalo de Ini, su padre dios) por los sitios que pasaba fue en este lugar donde “el  cetro divino” se clavó hundiéndose en el suelo, lo que significaba con claridad la calidad de la tierra que pisaba, para lograr unos cultivos capaces de merecer ser el centro
geográfico y político del Imperio que él fundaba por mandato de Ini ( de ahí “hijos de Ini” o hijos del Sol)

¡Qué sencillo parece todo, y qué sublime es!

Manco Capac no llegó a disfrutar la grandeza de su fundación; esta se lograría en tiempo posterior.

Los Incas se extendieron desde Colombia hasta mitad norte de lo que hoy es Chile; llegarían, como veremos, a  constituir el mayor Imperio conocido del Continente, y cuyo centro tenía a Cuzco (de ahí “Ombligo  del Mundo Imperial” que ahí nacía).

La visita se me prometía esperanzadora.

Todas mis ilusiones sobre este viaje habían superado ya las expectativas que me había planteado; pero lo que se avecinaba era como el mejor de los sueños para mí.

Recorrí una por una las distintas Iglesias coloniales que las distintas Ordenes religiosa habían construido siguiendo los gustos y estilos hispánicos  del tiempo colonial.

Esplendor de material, arte y dinero.

Hay una reflexión que te asalta espontáneamente: había oído muchas veces que los españoles habían robado todo el oro que encontraban a los sudamericanos; pero al toparse con esos templos cuyos retablos estaban cubiertos de pan de oro y son en sí mismos monumentos colosales de renombre y fama mundial, se me descargaron, en parte, mis remordimientos de conciencia como español. Siempre había pensado mal de nuestros antecesores “ladrones históricos” de .todo un Continente.

 ¡“Los barcos cargados de oro”? ¡Fue mucho y quedó más!

A cualquier español le llena de orgullo étnico el ver y sopesar el mérito, el arrojo humano y el sacrificio inconmensurable   que supone el recorrer todo un inmenso Continente  a pie y a lomo de animales, conquistando con la ayuda y carga  de las armas, todos los territorios, enseñando un idioma extraño para sus pobladores, catequizando en una nueva religión monoteísta  a unos seres humanos que no se planteaban el tema religioso habitual como algo imprescindible en sus vidas, cuyos logros vitales estaban en la necesidad de la luz “solar divina” para sus cultivos; pero en le desarrollo personal del día  a día,  eran politeístas; en muchos elementos de la naturaleza veían poderes mágicos que influían en su salud y en sus cosechas: una roca, un árbol, un animal, un ser humano, un ave, etc.

Por eso les daban cultos propios.

En muchos casos era muy “normal y criminal” a un tiempo matar a  alguien por negarse a besar la Biblia o aceptar la recepción de un Sacramento.

A primera vista,  Cuzco es una ciudad reconstruida; de su realidad original, sólo quedan, en el mejor de los casos, los cimientos con una parte de sus antiguos muros.

Los Conquistadores de “alcurnia” se construyeron sus “palacetes” sobre la fortaleza de los edificios incaicos; sin detallar más, pues no me agrada, cito algunos  ejemplos de ello:
- la Iglesia de los Dominicos se asienta sobre lo que fuera  “el templo del Sol ;
- El palacio episcopal tiene como base un muro inca
en que se encuentra la famosa piedra de doce ángulos propia de las edificaciones incas.

Recordar esto no es agradable.

Aunque fue común a casi todas las culturas históricas que conquistaron territorios ocupados antes por otras civilizaciones han desarrollado la “manía” de destruir, o al menos estropear, los monumentos encontrados y señas de identidad de las etnias nativas y anteriores.

La “manía” es también el carnet de identidad de unos pocos humanos, que a fuerza de ser “poco humanos” en sus conductas, rompen todos los pronósticos de ser los encargados por el Creador de “dar nombre a cada ser material y viviente que existen sobre la tierra”, según la explicación bíblica de la creación.

Volveremos a comentar muchas otras cosas sobre este mágico, auque tan mal herido, muy sangrante e histórico “Ombligo”, que es el Cuzco que yo conocí y lloré, sin  poder evitarle, el horrible daño que le hicieron.

(continuará)

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