Volveremos a RapaNui y a todos los temas iniciados y seguidos con tanta atención por nuestros amigos internautas de numerosos países.
Hoy nos acercamos con cariño, curiosidad y respeto al sagrario espacio vital de los hijos del sol.
De forma fraccionaria, porque no puede ser de otra manera, para no cansarnos con largos relatos, iremos profundizando en los misterios de civilizaciones históricas en las que nos recreamos y admiramos.
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Cuando después de muchos años, uno desea contar las experiencias vividas con la sencillez y candor con que las ha visto, tocado y disfrutado, se siente la agradable e íntima emoción que vivió entonces, pero multiplicado por los años transccurridos.
Mientras escribo, cierro con frecuencia los ojos, contemplo y palpo la
realidad de aquellos momentos.
A veces lloro de gozo al recordar.
Merece la pena vivir, pero la alegría de REVIVIR, es infinitamente mayor.
Merece la pena vivir, pero la alegría de REVIVIR, es infinitamente mayor.
Lo cuento para compartirlo, pero, además, soy muy feliz al hacerlo.
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Cuzco
y Machu Pichu.
Aviso
a navegantes:
Acercarme,
ver , pisar y tocar las huellas se los Incas es algo que pone los pelos de
punta y sobrecoge de impresión y respeto.
Querer
contarlo todo en una sesión, es imposible; por eso adopto el sistema iniciado
para otras publicaciones de este Blog, que es más vuestro que mío.
A
alguien le puede resultar complicado; pero basta sólo con estar atentos a cada
apartado temático, y seguir el número, por orden correspondiente de
publicación; si alguien me sugiere otra forma más oportuna, yo estaré encantado
en aplicarla sin demora, Espero vuestras indicaciones. Abrazos.
Aunque su
fundación se atribuye a Manco Capac, que, después de recorrer toda la
Cordillera desde el Titicaca hasta
aquí, clavando su bastón de oro (regalo de Ini, su padre dios) por los sitios
que pasaba fue en este lugar donde “el
cetro divino” se clavó hundiéndose en el suelo, lo que significaba con
claridad la calidad de la tierra que pisaba, para lograr unos cultivos capaces
de merecer ser el centro
geográfico y
político del Imperio que él fundaba por mandato de Ini ( de ahí “hijos de Ini”
o hijos del Sol)
¡Qué
sencillo parece todo, y qué sublime es!
Manco Capac
no llegó a disfrutar la grandeza de su fundación; esta se lograría en tiempo
posterior.
Los Incas se
extendieron desde Colombia hasta mitad norte de lo que hoy es Chile; llegarían,
como veremos, a constituir el
mayor Imperio conocido del Continente, y cuyo centro tenía a Cuzco (de ahí
“Ombligo del Mundo Imperial” que
ahí nacía).
La visita se
me prometía esperanzadora.
Todas mis
ilusiones sobre este viaje habían superado ya las expectativas que me había
planteado; pero lo que se avecinaba era como el mejor de los sueños para mí.
Recorrí una
por una las distintas Iglesias coloniales que las distintas Ordenes religiosa
habían construido siguiendo los gustos y estilos hispánicos del tiempo colonial.
Esplendor de
material, arte y dinero.
Hay una
reflexión que te asalta espontáneamente: había oído muchas veces que los
españoles habían robado todo el oro que encontraban a los sudamericanos; pero
al toparse con esos templos cuyos retablos estaban cubiertos de pan de oro y
son en sí mismos monumentos colosales de renombre y fama mundial, se me
descargaron, en parte, mis remordimientos de conciencia como español. Siempre
había pensado mal de nuestros antecesores “ladrones históricos” de .todo un
Continente.
¡“Los barcos cargados de oro”? ¡Fue
mucho y quedó más!
A cualquier
español le llena de orgullo étnico el ver y sopesar el mérito, el arrojo humano
y el sacrificio inconmensurable
que supone el recorrer todo un inmenso Continente a pie y a lomo de animales,
conquistando con la ayuda y carga
de las armas, todos los territorios, enseñando un idioma extraño para
sus pobladores, catequizando en una nueva religión monoteísta a unos seres humanos que no se
planteaban el tema religioso habitual como algo imprescindible en sus vidas,
cuyos logros vitales estaban en la necesidad de la luz “solar divina” para sus
cultivos; pero en le desarrollo personal del día a día, eran
politeístas; en muchos elementos de la naturaleza veían poderes mágicos que
influían en su salud y en sus cosechas: una roca, un árbol, un animal, un ser
humano, un ave, etc.
Por eso les
daban cultos propios.
En muchos
casos era muy “normal y criminal” a un tiempo matar a alguien por negarse a besar la Biblia o aceptar la recepción
de un Sacramento.
A primera
vista, Cuzco es una ciudad
reconstruida; de su realidad original, sólo quedan, en el mejor de los casos,
los cimientos con una parte de sus antiguos muros.
Los
Conquistadores de “alcurnia” se construyeron sus “palacetes” sobre la fortaleza
de los edificios incaicos; sin detallar más, pues no me agrada, cito
algunos ejemplos de ello:
- la Iglesia
de los Dominicos se asienta sobre lo que fuera “el templo del Sol ;
- El palacio
episcopal tiene como base un muro inca
en que se
encuentra la famosa piedra de doce ángulos propia de las edificaciones incas.
Recordar
esto no es agradable.
Aunque fue
común a casi todas las culturas históricas que conquistaron territorios
ocupados antes por otras civilizaciones han desarrollado la “manía” de
destruir, o al menos estropear, los monumentos encontrados y señas de identidad
de las etnias nativas y anteriores.
La “manía”
es también el carnet de identidad de unos pocos humanos, que a fuerza de ser
“poco humanos” en sus conductas, rompen todos los pronósticos de ser los
encargados por el Creador de “dar nombre a cada ser material y viviente que
existen sobre la tierra”, según la explicación bíblica de la creación.
Volveremos a
comentar muchas otras cosas sobre este mágico, auque tan mal herido, muy
sangrante e histórico “Ombligo”, que es el Cuzco que yo conocí y lloré,
sin poder evitarle, el horrible
daño que le hicieron.
(continuará)
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