Ahora,
y en este momento,
mi espíritu
de creyente,
y mi humano
sentimiento,
necesita,
muy urgente,
dirigirte
una oración
que calme mi
ansia loca
de abrirte
mi corazón:
darte
gracias por mi boca.
A
Ti, que estas en mi vida
llenándome
la existencia.
Mi actitud
tan atrevida
quizá colme
tu paciencia.
A Ti que
eres mi Señor,
y el que me
concedes fuerza
para
servirte mejor:
no permitas
mi flaqueza.
Gracias te
doy, si es posible,
por la vida
que me diste.
gracias te
doy por mis padres,
e n ellos me
concebiste.
Gracias
sin fin yo te doy
por mis
hermanas y hermanos
y por el
mundo en que estoy;
por todos
los seres humanos.
Gracias por
la vocación,
por tu
divina llamada,
por la paz y
abnegación
de mi vida
programada.
Gracias
por la inteligencia
para estudios culminar.
graciasornomerecerlo:
el acercarme a tu Altar.
Gracias por
los Profesores,
y por tantos
compañeros,
ellos fueron
los mejores,
mis amigos
verdaderos.
Gracias por
las alegrías,
de que tanto
disfruté;
por todas
las penas mías
que a Ti
jamás oculté.
Gracias te
doy por Pepita:
que en tu
santa gloria esté;
la vida se
precipita;
¡cuánta pena
le causé!
Gracias
por la “chaparrita”
y por su
limpio recuerdo;
pues si el
árbol se marchita,
si te he
visto no me acuerdo.
Gracias
por ser Tu el primero
en llamarme
a las Misiones:
el sentirme
misionero,
colmó mis
aspiraciones.
Piso con mis
pies la tierra,
con las
manos el cielo
gozo, por tu
Providencia:
lo que no
tengo en el suelo.
Gracias
por llegar a aquí
a dialogar
con los “uros”
no imaginé
conseguir,
aires y
seres tan puros.
Gracias
por estas montañas
habitadas
por vicuñas
por llamas y
por arañas
vestidas hasta las uñas.
Gracias
por este regalo
de las
monjitas de Lima,
gracias por
Puno y el Lago
y los “uros”
por mi estima.
Gracias por
los ayudantes,
y por las
“uras” también;
gracias por
los navegantes.
Gracias a
Ti, y Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario