sábado, 3 de marzo de 2012

"SALVO MEJOR OPINIÓN"

 
 Buscando el sentido de la muerte BAJO EL SIGNO DE LA FE, con respeto.  

Toda la superficie del Planeta Tierra que habitamos está preñada de vida; con la
colaboración del agua (Hidrógeno, Oxigeno y diversos minerales) y  de la luz, los
millones de millones de gérmenes brotan por doquier y pueblan de verde toda la piel
de esta bola azul, blanca y gris, desde las más altas cumbres hasta la última  oquedad
del más profundo océano; a pesar del frío y el calor, de mares, desiertos y montañas;
contra todo pronóstico, adversidad, asperezas y circunstancias condicionantes, la vida
se abre paso pujante e imparable en todos los recovecos de esta esfera celeste que todos
tenemos por casa, campo y refugio; la vida nos invade, nos penetra, nos alegra y nos
trasciende.

El aroma y colorido de las plantas y flores perfuman a borbotones la atmósfera; los
peces, mamíferos y aves pululan por doquier; los insectos, crustáceos  y los suaves y
diminutos invertebrados abigarran los espacios visibles e invisibles; los lamentos y las
sonrisas de los seres humanos lloran y sonríen hambrientos de vida y felices al gozar de
ella; es hermoso parafrasear el ansia de paternidad del indio Jerónimo y el grito de
maternidad de María de Nazarét: “fiat voluntas tua, hágase en mi según tu Palabra”.

En todos los seres vivos, plantas, animales, racionales e irracionales.,hay un deseo y
ganas incontrolables de vivir.

Sin embargo , por encima de esas ganas de vivir eternamente que nos caracteriza de
forma consciente e imperiosa hasta convertirnos en defensores por instinto de la vida
incluso matando, sin delito, por conseguirlo, somos igualmente conscientes del hecho
insoslayable de nuestra propia muerte; de ninguna otra cosa podemos, en el acontecer
de nuestra existencia, estar más seguros; la idea de la muerte convive con nosotros.

Mueren las plantas y los animales, se rompen la piedras, y el cuerpo humano se torna
en polvo y ceniza, cuando muere; como una flor es la vida del hombre sobre la tierra,
que hoy es y al instante se marchita.

¿¡ Qué sentido y valor tiene la vida!? ¿¡ Qué sentido y valor tiene la muerte!?

Cuando nacemos, sin nosotros quererlo ni saberlo, nacemos para un tiempo impreciso
y limitado; cuando morimos lo sabemos y no lo queremos, porque pensamos que tanto
el trabajo como el dolor y la muerte no sirve para nada, creemos que son simplemente
castigos por nuestras maldades; sin embargo, con el dolor y la angustia de la muerte,
mitigada tal vez por un sedante medicinal o adormecidos por un estado de coma, surge
involuntariamente en nosotros la misma ansia congénita de sobrevivir a ese trance que
hemos experimentado durante todo el trayecto de nuestra vida consciente.

El trabajo, el sufrimiento en esta vida terrena son, además de castigo, elementos dignos
de redención y purificación corredentora si los unimos a los dolores y muerte de Cristo
Redentor de pecados y miserias humanas de carácter universal; son como un octavo y
saludable Sacramento, vehículo de gracia y vida divina en nuestra santificación.

¿Hemos nacido sólo para morir?

Si ello fuera así, nosotros seríamos los más desgraciados de los hombres y mujeres.
“Si Cristo no ha resucitado, vana sería nuestra Fe”. –decía Pablo de Tarso -.
“Pero, sí; Cristo ha resucitado y es la esperanza eterna de los que creemos el Él.”

¿Existe en nuestro vivir temporal la semilla espiritual de la eternidad vital?

Sí. Rotundamente SÍ. Científicamente cierto, si nos basamos en la estadística.
¡es el clamor trascendente de miles de millones de seres humanos a través de miles de
millones de años! El cálculo de probabilidad da un resultado positivo aplastante para
cualquier científico que se precie, el valor negativo residual, lo cubre y salva la Fe. 

¿¡Cabe el beneficio de la duda!?

Así lo entendió Pascal y lo ha entendido multitud de personas del sector científico:

¡Puede que sea una quimera, producida por la angustia o la imaginación humana!?

Después de muerto, sobran todas la explicaciones para el que vivió y murió creyendo
en la realidad eterna, o vivió y murió en la incredulidad y negación de tal posibilidad.

Yo prefiero albergar y cultivar la Fe en la eternidad,  “¡POR SI ACASO!”

Interesante y sorprendente solución, para el caso de los titubeantes y dudosos hombres
del racionalismo reinante que le escuchaba y de los racionalistas de hoy.     

Se cuenta una anécdota curiosa:

Un día el demonio se dirigió a Dios para reprocharle la dureza con que trataba a los
seres humanos:

Le dijo:
“¿por qué eres tan cruel con tus hijos, condenándoles a morir ? así es muy difícil,
imposible, ser feliz; ¡estar toda la vida pensando en la muerte!”

El Creador le respondió:
“Eso no es cierto; les he dotado de algo que les impide pensar en la muerte mientras viven”.

Reclamó intrigado el malignoi:
 “¿Cuál es el  antídoto para que no les amargue la existencia al estar siempre pensando 
en  el hecho cierto de la muerte?”

y Dios dijo al demonio:
“¡Les he dejado el antídoto del hambre! así apenas se acuerdan de que, ahora o luego,
aquí y allí, tienen que morir.”

Que cada uno se explique el cuento a su manera.

Cuando uno echa un vistazo al conjunto de los seres humanos, de toda condición, se
cerciora dela inconsciencia, la ligereza, el pasotismo, con que todos viven, trabajan, se
afanan asiduos tras el mendrugo, el banquete, los millones, el domino y el ruin poder 
político,  religioso, social  y económico en las inquietudes terrenales de cada día.
Hay un hambre incontrolado de los individuos y los grupos humanos ante la simple idea
de poseer más y más cosas materiales hasta no tener límite.

Ese hambre generalizado, embota la inteligencia y enturbia y contamina la razón, hasta
el olvido de morir; hay gente tan obsesionada y condicionada por la brega continua de
enriquecimiento y poder, que se olvida de vivir simplemente y de morir dignamente.

¡ Qué raro aparece, ante el común pensar, aquellas conductas humanas que, voluntaria
y gozosamente, se han apartado del común de los mortales!

01- “Ora et labora = haz oración mientras trabajas”
02- “¡Que morir tenemos, hermano!; ¡hermano, ya lo sabemos!”
03- “Vivo sin vivir en mi;
        y tan alta vida espero,
        que muero porque no muero”
04- “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
05-  “yo ya no vivo, es Cristo el que vive en mi”
06-  “Al final de la jornada, el que se salva, sabe y vale; y el que no, no vale nala”
07-  “Para los santos y los héroes, la vida es una carga, y la muerte una ganancia”
08-  “El que no aprende a vivir, no puede saber morir”
09-  “El morir es tan natural como el vivir”
10-  “Morir bien, es vivir en paz”
11-  “La vida continúa”
12-  “Tu eres mi vida y mi muerte”
13-  “Prefiero morir de rodillas con libertad, que vivir de pie, esclavizado”
14-  “Soy el novio de la muerte”
15-  “que las campanas me doblen,
         si te falto alguna vez,
         y se me paren los pulsos,
         si te dejo de querer”         
16- “deseo vivir como Tú, para resucitar contigo”
17- “nuestro vivir es Cristo, y Éste muerto en la Cruz y Resucitado”
18- “por amor a Cristo, los cristianos mueren cantando en el martirio”
19- “Dichosos los que viven y mueren en el Señor”
20- “La Fe rompe las fronteras de la muerte”
21- “No temáis a los que sólo pueden matar el cuerpo”
22- “gloriosa es la muerte de los Justos”

Para el hombre y la mujer de la calle, que vive obsesionado por el pan y los trapos,
libros y zapatos de sus hijos/as, de la atención digna de sus familiares enfermos y los
ancianos; para todos/as aquellos/as, que viven en conventos y monasterios, y los que
viven en cualquier casa o piso del campo o la ciudad, en una chabola o bajo un puente,
en un basurero o un palacio, el mensaje es lo mismo para todos:

“venid , benditos de mi Padre a gozar de la vida eterna, porque tuve hambre, estaba en
la cárcel o enfermo, descalzo, desnudo, porque me disteis de comer, vinisteis a verme,
me distéis calzado y me vestisteis”
y estos preguntarán:
“¿cuando sucedió tal cosa, Señor?”

El Resucitado, muerto en la Cruz por todos, aclarará:
“Cuando lo hicisteis con uno de los necesitados de este mundo, conmigo lo hacíais”

Inconmensurable razón para esclarecer el valor de obrar el bien a diestra y siniestra a
nuestro alrededor,  damos sentido a la vida, mientras vivimos en el tiempo,
con Fe, Esperanza y Amor; para optar a la entrada, aunque sea por la senda y puerta
estrecha de la Eternidad y ver a El tal cual es, “cara a cara”,ya que aquí sólo le casi
vemos como en un espejo, tan confusamente; “POR SI ACASO”, hay que evitar,
desde la situación de cada uno, tener que oír las terribles palabras, que, sólo pensarlo,
 produce escalofrío existencial:

“apartaos de mi, malditos, porque cerrasteis las entrañas a los que necesitaban pan,
agua, consuelo, vestido o calzado y, mirando para otro lado, nada hicisteis por ellos,
sabiendo que al no hacerlo por ellos, dejasteis de hacerlo conmigo, por lo que jamás
veréis mi Rostro Eterno y viviréis en tinieblas.”   

El rico Epulón del Evangelio gritaba desde su condenación:

“¡Padre Abraham, envía a uno de los muertos para que avise a mi familia y hermanos
que aún viven, para que obren bien y se salven y no caigan en este terrible lugar !”.

Abraham le dijo:
¡Ya tienen a los Profetas; que los oigan, respeten y obedezcan.”

¡¡¡Que ganas de gritar a los cuatro vientos y hasta los últimos confines de la tierra!!!:

Personas todas humanas,
-       tan inteligentes y sabias;  tontas e ignorantes,
-       tan adelantadas y cultas;  atrasadas e incultas,
      -    tan capaces y poderosas; inútiles e impotentes,
los que pretendéis:
-       tocar el cielo con las manos; o pasar de todo,
-       escudriñar en los misterios del útero terrestre,
-       y el vientre del mar; o pasar de todo,
-       otear en los confines del cosmos; o morir de desconfianza,
y lo que es peor:
     -     expulsar a Dios de la mesa de vuestros estudios y descubrimientos,
     -     ignorar que El ha sido el Creador de todo cuanto existe y pueda existir, 
     -     ordenador de la energía expansiva y los consecuentes átomos,
     -     sostenedor de todo el peso del universo sincronizado y cronometrado,
     -     animador de toda clase de vida,
     -     controlador absoluto de toda posible evolución.

La Fe en Él es un don gratuito, que podemos aceptar o rechazar, por ser libres.
Hemos nacido para ser felices, aunque vivamos con limitaciones y dificultades.
El sentido de la vida radica en el buen hacer con responsabilidad y amor.
El sentido de la muerte radica en la aceptación de nuestros límites temporales,
integrados en la misma naturaleza; esta aceptación debe ser libre y alegre.
Digo todo esto, salvo tu mejor opinión.

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