Pirámides
y castillos,
palacios,
catedrales y mezquitas,
pagodas,
templos cihínos,
sinagogas,
ermitas y capillitas,
servicios
de ostras gigantes
donde
no pasa ni el aire
ni
nadie puede salir,
con
un dolor asfixiante
y
rutinas galopantes
que
dan nauseas hasta a El.
A
veces “falsos orantes”
repiten
las oraciones,
los
salmos y letanías,
la
Biblia, el Coran y ritos,
repitiendo,
con sonidos
que
una simple grabadora
lo
diría mucho mejor.
La
oración de gratitud,
de
gritos desesperados,
de
gozos descontrolados,
buscando
el rostro de El,
escondido
en cada flor,
en
cada niño dejado
en
las calles, sin pudor;
en
cada obrero que llora
porque
no tiene trabajo,
porque
sus hijos y esposa
se
mueren de inanición,
mientras
los bancos ignoran,
los
patronos les explotan,
los
políticos no miran,
porque
viven atrapados,
en
la corrupción, sumidos
en
su interés y bolsillo.
Hemos
roto las culturas
de
nuestros antepasados;
ciegos
ante sus esfuerzos
hemos
quebrado los muros
de
sus artes y sus sueños,
robándoles
los tesoros
y
reduciendo sus cuerpos
a polvo de sepulturas.
Digamos
lo que sabemos,
porque
la honradez obliga;
Jaguar
de Satsahuamán,
en
Cuzco, ciudad del oro,
ombligo
del basto Imperio
más
grande, el Tahuantinsuyo;
la
Biblioteca de Alejandría,
del
gran Salomón el Templo,
con
los sueños de Sión;
Grecia
y su saber truncado,
la
victoria de Numáncia,
la
cultura funeraria de Egipto,
los
soldados de Siam,
el
resto de la Muralla,
jaque
con caballo en Troya,
desolación
de Babilonia,
la
destrucción inmisericorde
de
la astronomía azteca.
¿Qué
hacemos en la crisis
Sin
bagaje y sin tesoros?
con
la cultura echa añicos,
inventores
de mil bombas,
denigrados,
aburridos,
hemos
hecho en nuestro tiempo,
convertido
en monumento,
las
ruinas de Hiroshima,
las
mil viviendas de Dresde,
las
dos finanzas Gemelas,
Útoya
y los trenes de Madrid.
Si
esto es globalización
beneficiosa
y progreso
si
ya no somos capaces
de
controlar nuestros males,
si
no podemos lograr
el
reparto de los bienes,
de
custodiar la cultura,
que
queda entre nuestros muros,
con
la libertad presente
y
la alegría de vivir,
si
no sabemos hacer
un mundo mejor, más justo,
¡prefiero
el río Urumamba
sus
paraísos desnudos
sus
selva virgen doncella
y
sus indígenas puros.!
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