sábado, 10 de marzo de 2012

"HAMBRE Y SED DE UN FUGITIVO"

En  plena guerra civil española  (1.936-39), 
mi padre era buscado por los milicianos del 
frente popular para llevarlo hasta primera 
línea y frente de batalla; por razones obvias
ideológicas y necesidad de una familia con 
cinco hijos menores de edad, andaba medio
fugado y escondido por la sierra cercana al 
cortijo donde vivía, para estar lo más cerca 
posible de la esposa y prole.

Según mi hermano José, que es tres años 
mayor que yo, era testigo ocular de estos 
hechos,la familia de unos vecinos cercanos,
que son “los Mata tenían un escondite, en 
una mina horadada entre los pinos, donde 
ellos y mi padre pasaban las noches y los 
días de guerrapara no ser vistos, apresados
y con certeza asesinados por los enemigos
supestamente ideol´gicos.

Lo hicieron con mucha gente, entonces.

Un día, mi triste madre me tomó de la mano, 
me entregó una bolsa de tela con un gran
bocadillo,una botella de agua y una cajetilla 
de tabaco negro de su cosecha, diciéndome:

“lleva esta bolsa a tu papá que está escondido
en aquel chaparro, cerca de las paredes” (de 
una casa antigua derruida por el tiempo).

Llevé la bolsa a mi padre, él me besó llorando;
me dijo con una dulzura y una pena marcada
en su rostro que, siendo yo aún un bebé de dos
años y medio,  quedó  clavado a fuego en mi
infantil retina hasta hoy en que estoy contando
y reviviendo mi vida en medio de una gurra:

“eres muy valiente, mi niño; ¡vete rápidoy dale 
a la madre un fuerte beso de mi parte!”.

Así lo hice; el istinto supo más que yo.

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