No le di más vueltas y acepté un viaje
compensación
por mis tareas sacerdotales. Era una forma de pagar,
porque dinero no le había aceptado ni un escudo
en
esos meses de cooperación pastoral.
En ese tiempo, 1963, las visitas a la Isla de los
Moais,
era una cita obligada para el turismo
internacional y
para los mismos chilenos; hacía tres años se
había ya
culminado la restauración de siete famosas estatuas
en
uno de los lugares de la Isla llamado “AhuAkivi”.
El
trayecto sobre las aguas del Océano Pacífico es
de
3.700 kilómetros desde Santiago hasta la Isla, y
su
duración fue de casi cuatro horas, en un vuelo
regular
de LAN CHILE.
Aunque
las sorpresas del viaje iban a ser muchas,
resultó
una experiencia de excepción el vuelo circular
siguiendo
el contorno de la Isla Rapa Nui (su nombre
en
el idioma original isleño); ya desde el aire se ven
majestuosas
estatuas (“orantes”?o ”expectante”?en
actitud
de espera y (adoración?) de un “dios de los
cielos
polinesios”.
Una
guía turística nos indicaba los distintos puntos de
interés
para visitar;
.
“la isla fue descubierta el Domingo de Pascua del
año
1722 por Jacobo Roggenvee,
quien, debido al
día,
le asignó el nombre de Isla de Pascua”;
-.
“si van atentos a detalles, verán que toda la Isla en
su superficie está sembrada de estos gigantes de piedra;
son
más de 900 ”;
-.
“vean el volcán Rano Káu; si van hasta él eviten andar
por los bordes, ya que son muy peligros sus profundos acantilados, y hay como flujos de imán”;
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