viernes, 2 de marzo de 2012

"Sacerdos in aeternum"



Sacerdote para siempre.                                    
Sacerdocio eterno.
Con el alma marcada.
La cabeza ungida.
Las manos consagradas.
Con un corazón tierno.
Una conducta simple.
Con la mirada pura,
porque no cesa de amar.

Sobre aquella roca viva,
altar de Melquisedéc,
y Abraham como testigo,
el padre de los creyentes,
un sacrificio se alzó.
Eterna repercusión
de salvación y perdón,
la figuración de Cristo
que en el Calvario murió.

Ahora son  manos atadas,
que desean ser quemadas
con tu purificación
y alzadas hasta tu Cielo;
servir de reparación
de los pecados humanos
y ser paños de consuelo
para todos mis hermanos
que habitamos este suelo.


Sacerdote para siempre
con los brazos muy abiertos
para proteger del frío
y del calor del infierno.
Quiero estar siempre contigo
con el pobre y el hambriento
repartir el Pan y el Vino
como el mejor alimento
de todos nuestros amigos.

Ofreciendo sacrificios,
no de toros, ni corderos,
ni tórtolas, ni palomas,
ni mentiras, ni sobornos;
Ofrecer la vida entera,
con un pensamiento limpio.
Un corazón entreabierto,
sangrando por los que sufren
Contigo como alimento

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