viernes, 31 de marzo de 2017

A quien corresponda:


AQC. 0983  viernes, 31--III-2017

ASÍ  OCURRIÓ, 23.

Fue un curso distinto y mejor que los tres precedentes;  contábamos con el beneplácito de las autoridades, de la sociedad y de los demás centros de Enseñanza de la localidad, en esa  sala de espera, hasta lograr la autorizados y salir de la provisionalidad en que habíamos estado sumidos más dee tres años..

Alcobendas había sido, durante siglos, una pueblo agrícola y ganadero, en que cuatro familias eran dueñas de la totalidad de las tierras e instituciones existentes, rodeadas de pastores y braceros que vivían al amparo de los terratenientes, con una característica sociológica muy interesante; algunos de estos hacendados, en los momentos fuertes de siembra y recolección acostumbraban a faenar al lado de sus trabajadores y asalariados; sirva de ejemplo el casi de Tomás Páramo que con sombrero de paja y camisa sudada, pasaba los días aventando la cebada y el trigo en la parte alta de la actual calle Concilio, a la que me gustaba acercarme y beber el agua fresca del pozo ubicado junto a la era.

Nunca podré olvidar la camaradería que había en esos años , entre los distintos centros Privados y Públicos, autoridades y ciudadanos, ricos y pobres, Instituciones e Iglesia.

Uno de los sectores, más activos y beligerantes, desde la clandestinidad política, dada la situación dictatorial de esos años, eran los activistas, que, cada dos por tres, dejaban las avenidas de Madrid cubiertas de invitaciones a la protesta contra el poder establecido.

Creo que no hacían tanto daño, coma para meterlos en la cárcel; algunos de ellos tenían su hijos en nuestro colegio, y estaban muy contentos del trato que recibían y la libertad de expresión con la que procedían; yo venía de convivir con toda clase de ideologías y procederes religiosos, en más de diez países americanos, y todas estas cosas me habían hecho mucho bien y capacitado para no escandalizarme por nada.

En algún rincón o estantería de algunas casas de esta comunidad, descansa la serie de publicaciones del semanario “NUEVO ALCOBENDAS”, donde quedó reflejada toda la realidad de la vida emergente de “este SOL de CIUDAD”, en la que intervinieron tantos colaboradores de los años 1970-90. protagonistas, forjadores de lo que hoy comparti,os  con los que nos visitan.

Con nuestro Inspector de Educación, Don Justo Pintado Robles, al que todos los centro educativos de la Zona Norte de Madrid, jamás olvidaremos.

-       Colegios estatales, de las Charcas, Carlos Ruíz, femenino y masculino.
-       Colegios privados, del Niño Jesús, San Miguel, Juan XXIII, La Almudena, San Vicente, José María Pemán, Cíes e Isabel Rosillo, educación mixta.

Todos colaboraron en la Ley de Educación General Básica, con Don Justo, algunos ya no están; pero todos viven en la mente y el corazón de sus más queridos y aventajados almn@s, y de los hijos y nietos de ell@s.

No hay que recocer el valor reformador de la enseñanza en España, al convertir la antigua Educación Primaria e Infantil, en  16 cursos, cuatro de Jardin de infancia- -Preescolar; y ocho de EGB., pri mera Etapa, 1º-2º cursos, Ciclo Medio, 3º,4º,6º,; ciclo Superior, 6º,7º, 8º; l@s alumn@s que obtenían el Graduado Escolar, pasaban a ESO, eº ,4º al Bacillerat6ola, COU.,  para el ingreso en los estudios superiores universitarios, a los que hay que añadir los años de especialización, según la carrera elegida por cada un@ persona.

Este programa significa  que, los primeros veinticinco años de vida son de pura preparación con el fin de ser útiles a la sociedad.

Sin embargo, no todos entendieron del todo el conjunto, y muchos abandonaron los estudios, unos por problemas personales o familiares, y otros por cansancio o influencias ajenas.  




AQC. 0982  jueves, 30--III-2017

ASÍ  OCURRIÓ, 22.

Por fin, y con inmensa alegría, pude leer lo que tanto había deseado;
…….
“ Por Orden de 11 de marzo de 1970, inserto n el Boletín Oficial del Estado. Del 10 de abril – 1970, se autorizó el funcionamiento legal, con carácter provisional, dwl colegio de enseñanza no estatal denominado ISABEL ROSILLO , establecido  en la C/ Joaquín García Morato, 29, ALCOBENDAS (MADRID), por D. Pedro Tortoswa Teruel. 
Dos guarde a V.S. muchos años.
Firmado:  EL JEFE DE LA SECCION.”
…….
 Con este Documento, que he reproducido literalmente, todo sería cuestión de competencia y trabajo.      
Aquel día  15 de septiembre de 1970. a las 9 a.m., todas las clases del Colegio estaban ocupadas con l@s 440 alumn@s, acompañad@s de sus respectiv@s educadoras y educadores, todos de pié, debido a que el camión que debiera haber estado a las 8 de la mañana en la puerta del Centro para que los alumnos mayores montaran las clases, con los 220 pupitres, 12 mesas y 12 sillones adquiridos,  para pagar a plazos, llegó a las 10.
Ne tocó estar a la puerta del Colegio, esperando la llegada del trasportista; a la sazón un grupo de personas me sorprendió; eran, el Alcalde de Alcobendas, Tomás Páramo. El Inspector de Educación y Justo Pintado, acompañados de un arquitecto,  el Delegado provincial de Educación y algunas personas más; tras los saludos de rigor, Don Justo, se dirigió todos ellos y dijo  unas palabras, que jamás he podido olvidar:
“Cuando nos dirigimos a ver el terreno y solar donde se construirá uno de los nuevos centros, este colegio ha sido construido antes y según la nueva Ley de Educación, antes de haber sido  publicada, nos encontramos con el que es el primer colegio de España adaptado a dicha Ley y que hoy abre sus puertas, y, cuando lleguen los muebles comenzará su andadura; un Centro Privado se nos ha adelantado a la Enseñanza Pública; “¡le deseamos mucha suerte, Don Pedro!.”
Sería absurdo pensar que estas palabra nos conceden privilegios especiales; pero fueron un consuelo, que alivió la angustia que, precisamente en ese momento, me ahogaba.
A lo largo de estos años, vendrían tantos momentos, tantos días y noches de mayores apuros, incertidumbres y sufrimientos, ¡cómo para que yo me durmiera en los laureles y las hermosas palabras que tantas veces escuché de la gente que nos estima, a pesar de nuestros fallos que, con nuestra culpa o sin ella, hemos cometido en nuestra vida!
Vosotros, igual que yo, hemos conocido a pmuchas ersonas que, los fracasos y las dificultades, le han servido de trampolín para dar saltos mayores en la piscina de la competición de cada día; y, al contrario, suele ocurrir a los que la vida y los negocios les condujo a la relajación, al disfrute exacerbado de los éxitos logrados, y cayeron en las peores y feas trampas escondidas bajo las arenas movedizas de esta realidad vital.
Sea cual sea nuestro momento actual, la cordura, la vigilancia y la mirada previsora, en cualquier circunstancia, material, psicológica o espiritual, en que nos encontremos, serán, sin  duda, aljunam nuestros mejores aliados para corregir y “enderezar entuertos”.

¡¡¡Qué bien se duerme tras un largo día de luchar por la paz y el bien de los demás!!!



miércoles, 29 de marzo de 2017



0981  miércoles, 29--III-2017

ASÍ  OCURRIÓ, 21:

En aquellos primeros meses de 1969, el aumento de alumn@s nos empezaba a tener que multiplicar el esfuerzo; abrimos las dos clases en el  barrio de La Zaporra, lo que nos suponía el desplazamiento diario de dos educadores, caminando más de tres kilómetros diarios, ida y vuelta, por una senda de lluvias, a veces nieve, y barro; esto nos llevó a una ronda de relevos semanales, por parejas.

Esta situación iba a durar tres años, en que un accidente mortal nos dejó huérfanos de la señora María Luisa, cuando viajaba por una carretera de la Mancha para agradecer a su hermano el regalo del coche nuevo que ella conducía; su ya viudo esposo no pudo salir adelante, con el trabajo, la atención adecuada a una niña adoptada el año anterior; la pequeña volvió a la Casa Cuna y la salud mental de nuestro amigo se deterioró de forma irreversible, a consecuencia de ello andaba desnudo por doquier, sin control delante de l@s niñ@s y educadoras; l@s alumn@s fueron incorporados al nuevo  edificio Centro, en el que sigue  funcionando, en la calle Fuego de Alcobendas.

Años 1969 a 1971, de intensa actividad administrativa, en que hubo que preparar todos los copiosos documentos requeridos, solicitar la Autorización ministerial, la Licencia  municipal de Apertura, adquirir pupitres para 320 alumn@os de Educación General Básica t 120 de Educación Preescolar, contratar hasta completar una plantilla de once Educadores para atender en régimen de Enseñanza mixta el nuevo y complejo alumnado.
El día 14 de mayo de 1969, el Ayuntamiento de Alcobendas nos concede la Licencia de Apertura y se inicia el expediente de Autorización por parte del ministerio de Educación y Ciencia; esto nos permite tener un verano más tranquilo y mirar con hacia el futuro, y preparar todo lo necesario, en orden al próximo curso.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Estas son las personas del Equipo, gracias al cual los sueños de Sacerdote misionero  y gratuito,  un amante y fiel esposo, Constructor y financiero, una previsora Mujer y un formidable Equipo de Señoritas y jóvenes Varones, cuyos nobles deseos en favor de la Infancia, fue posible lograr y ver hechos realidad el día 15 de septiembre de 1970, inicio del curso escolar 70-71:

Bruno Lebrusán,
Isabel Rosillo,
Y José Luis Lebrusán Rosillo

Antonio Gómez,
Isabel Segura,
María Dolores  M. Guzmán,
José María  M. Guzmán,
Juan de Dios M. Guzmán,
Sor Emilia (Hermanas de la  Sagrada Famiia),
Pilar Fernández
Celia Gámez
Carmela Horcajo,
y  Pedro Jacinto Tortosa.

martes, 28 de marzo de 2017



AQC. 0980,  martes, 28--III-2017

ASÍ  OCURRIÓ, 20:

Al llegar la Navidad dedicamos esos días de asueto a pasar en paz el tiempo libre, al calor de a familia; en aquellos años, los hogares humildes españoles de la ciudades, apenas disponían de una pequeña estufa; algunos tenían televisión.

Lo razonable era pasar una semana en los lugares de origen, visitando a los amigos y familiares, al abrigo de las lumbres de leña, asando recortes de matanza, cabezas, morcillas, chorizo, pan de pueblo ricos tragos de vino artesano, mantecados y rosquillas de vino o anís.

Hice un viaje de ida y vuelta, acompañando a mi madre que deseaba pasar ka Navidad con sus hijos en el pueblo alicantino de Ibi, entonces Capital Internacional del Juguete.

El día 24, en la mañana, estaba de nuevo en Alcobendas, tras dos noches de ajetreo en el tren de madera, que hoy llenan de romanticismo a los jóvenes y de nostalgia a los ancianos; el viaje duraba 12 horas, paraba en todas las estaciones, permitía comprar un bocadillo o comer  unas tortas en Alcázar de San Juan.

Cené con mi hermana menor, sus dos niñas y su marido; fueron unos días de felicidad y compañía fraternal; quise queesta primera Navidad, fuera de pueblo natal y perdidos en este cinco debíamos sentirnos como en la casa de toda la vida.

No hemos podido olvidar aún aquella Noche Vieja, en que, al ver las doce en mi reloj misionero, marca CítiZEN; a falta de uvas, tomamos 12 garbanzos tostados al tiempo qye sonaban las doce campanadas producidas por los golpes de un centenario almirez.

Los primeros días de enero/1969 y últimos de descanso navideño, me desprendí de la sotana. Vestí un mono de trabajo y barrí, fregué y ordené clases, mesas y silla de las cinco aulas y oficina, con que ya contaba el Centro; era divertido; nuestra entrega estaba compensada con la llegada diaria de niñ@s, en proporción al crecimiento de la Villa- ciudad nueva de Alcobendas.

Aunque la mayoría de las familias, recién llegadas, mantenía una “economía de guerra” sin poder distraer dinero, si quería cumplir sus pagos de comida y vivienda; se respiraba el aroma del progreso al ritmo de los motores de las fábricas, las grúas y los camiones, abriendo zanjas y trasportando materiales de construcción, mientras se oían las teclas de las máquinas de escribir, las explicaciones de los distintos profesores y rl jolgorio y las canciones de l@as niñ@s.

Pasaron rápidos los meses, Don Enroque me entregó unos impreso de actas y nos autorizó a examinar a nuestr@s alunn@s, calificarl@s, firmar las Acras y entregarla; él haría rl trámite oficial, mientras yo solicitara y obtuviéramos la correspondiente autorización ministerial.

Finalizado el curso, todos los educadores permanecimos en erl Colegio impartiendo clases de recuperación y repaso a l@s alumnos que lo necesitaban y asistieran al colegio de forma voluntaria para examinarse otra vez al principio  de septiembre.