jueves, 31 de mayo de 2012

MACHU PICHU Y EL CIELO, XXI

Perdidos en el corazón de la selva.

- los ruidos desconocidos;
-  los fuertes graznidos de animales y pajarracos nunca oídos;
-  las melodías de pajarillos y aves cantoras que arreciaban entre el gran coro general para hacerse oír;
-  los juegos de luz llegan al completo en ese incógnito  escenario, lujosamente montado por manos también invisibles;
-  se abre el telón de la noche y  las nubes;
-  con los ojos cerrados para no ver defecto alguno en esa sala improvisada, aunque milenaria en su natural montaje;
-  aparece, sin ser visto, el conjunto de miles de actores que, sin  darse cuenta de ello, están ahí actuando de forma coordinada para representar ante los seres humanos  que tienen la histórica suerte de asistir  a tan faustuosa gala.
Ahí estábamos nosotros, con el alma encogida,  el estómago apretado, el corazón acelerado y los ojos como platos; faltaban los actores principales.
Y ahí estaban los protagonistas del gran evento del día:

UNA COMUNIDAD "SHIPIBA" (hay muchas más) DEL UCAYALI.

Los guías la nombraba con el vocablo "SHULPIBA"; no se por qué.
Mientras mirábamos ansiosos hacia aquellas personas humanas, como nosotros, pero que seguían viviendo al estilo de Adán y Eva en el paraíso (supongo que ya les habrán ayudado a salir de tal paraíso, el que yo pude ver entonces allá); como no se podía hablar, fue todo un día de contemplación, y para algunos de una profunda reflexión.
Dentro de mi se debatía una lucha salvaje.
Las comunidades nativas eran en ese tiempo muchas en los márgenes de los ríos Ucayáli y sus afluentes, Callería y Pisqui, aparte de otras zonas de otros ríos afluentes  de la amazonía; recordemos que Ucayáli tiene una longitud total de más de 1.600 Kilómetros hasta unirse al Marañón para desembocar luego en el grandioso Amazonas.
Las comunidades indígenas serían más de cien en estos ríos;  actualmente muchas de ellas ya  habrán sido invadidas, y, so pretexto de moderna colonización y civilización, les habrán robado sus costumbres, hacienda, lengua y hasta la vida a los que hayan resistido ante los ocupantes.
Es cierta y lógica la idea de acercar a todos los seres humanos a la cultura y a la sociedad desarrollada que les permita vivir en el progreso al que ya todos estamos llamados y "mal" acostumbrados.
Pero hay muchos “peros” que nos arrastran a pensar que en la sociedad actual, tan cómoda y sofisticada, hay muchas cosas que no son “patrimonio de la sana humanidad”; tenemos la tentación de creer que tanta corrupción, droga, conductas sometidas a los puros instintos naturales, y ... (faltan palabras) para describir todas las situaciones en que se ven envueltas tantas personas humanas qué, buscando el bienestar que le ofrecen los múltiples reclamos comerciales y consumistas, le arrastran a las calamidades muy conocidas por todos.
El clima de hambre (no sólo de pan) sino de ese mínimo anhelado del “crecer cotidiano”, que nos da la plenitud intelectual, psicológica , social, física y espiritual, que busca nuestro existir en este bello y azul Planeta Tierra:
Esto sí que es un patrimonio universal humano.
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