jueves, 31 de mayo de 2012

HISTORIAS NOVELADAS, XXIV

 I.- Aventuras del pequeño Filos.
I.- 24.- La ciudad de Alejandría.

“Vamos a realizar un vuelo en círculo, para poder ver todo su contorno exterior qué, por supuesto no es la ciudad original que fundara el Emperador y principal artífice y promotor de la ciudad de Alejandría, sueño dorado de el hombre más ambicioso, en el sentido bueno y malo de esta palabra; conquistador infatigable
de las tierras mediterráneas, oriente medio y en parte de la India; para ello tuvo que vencer y dominar doblegando culturas y fuerzas de los países ocupados qué, él y sus ejércitos no siempre respetaron; esto le costó muy caro a la hora de intentar gobernar a tan diversos y numerosos enemigos, y eso, comenzando por sí mismo.
Quiero que oigas algo, que aún está flotando en el éter cósmico en el que nos movemos; es la voz de un hombre sabio, aunque no siempre comprendido por su coetáneos, un hombre del
ya te he hablado antes; escucha:

“Y por encima de todo
respétate a ti mismo:
Ejércete siempre, amigo,
en practicar la justicia,
de palabra y en acciones
Aprende a no comportarte
jamás sin tener razón.
Y sabiendo que morir, es
ley natural para todos;
debe placerte ganarla,
debe placerte perderlas.”

“Mamá ¿ Quién ha dicho eso?
             ¿ A qué se refiere?”
“Ha sido la voz de Pitágoras; esto es sólo una pequeña parte de un escrito, el único que se conserva de este hombre, que vivió hace ya más de DOS MIL SEISCIENTOS años...”
“Como se llama este escrito?”
“Lo que acabamos de oír, es parte de los bien llamados “Versos de oro”, que te prometo poner completos a tu disposición antes de que finalicemos este viaje; el trocito que hemos escuchado está referido a que:

La persona que no sabe respetarse a sí mismo,
es incapaz de respetar a los demás, 
sobre todo, cuando no sabe ganar las riquezas o las batallas e igualmente no sabrá perderlas; 
y así lo paga con la falta de respeto a los demás. “


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