jueves, 17 de mayo de 2012

"SUEÑOS INSÓLITOS", 8

Soñé una nube blanca;
pero rota por tus besos,
deshecha por tus caricias,
en millones de gotitas
cristalinas, que cayeron
sobre  mi alma de niño,
sin cuerpo, muerte ni vida.

¡Fue tan grande la impresión
de tu alma sobre la mía!

Me regalaste este cuerpo
semejante a tu figura;
y a tu lado apareció
una nubecilla oscura.

Volando sobre los cielos
se fueron las nubes juntas;
a los nueve meses justo,
nació otra nubecilla
de color entreverado,
que hasta hoy nos acompaña,
susurrando a nuestro oído:

“yo soy vuestra semilla
que , entre la luz y la sombra,
voy marcando la hermosura
de dos amores unidos,
danzando al ritmo del Cosmos,
en un abrazo entre estrellas,
del Sol y la Luna llena”.

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