lunes, 7 de mayo de 2012

HISTORIAS NOVELADAS", IV

.......Aventuras del pequeño Filoos

Laura sonrió, dio un beso cariñoso al chico, diciendo:

“Sí; pero eso ya no importa; ellos están muy bien; me han dicho que tienen muchos deseos de conocerte, y que les encantaría adoptarte como un hijo; serías mi hermano; ¿te gusta la idea?”

Filos estaba pletórico de tener como hermana a un ángel, (pensaba, sin decir nada); pero al final no pudo aguantar en silencio y quiso responder a la pregunta de Laura:

“¡¡Claro, Laura,..yo...¡vaya....ya ha desaparecido otra vez... 

Lo lamento; ¡no debía haber dejado de mirarla!”

...... pero no pudo seguir; Laura ya no estaba; sin él darse cuenta, había desaparecido,...
sin saber cómo.

Se lavó en un riachuelo cercano; comió unas yerbas  conocidas, que encontró y continuó rumbo a las costas del norte de Chile.

Filos era un chico sano de 13 años, fuerte, ya   acostumbrado a vivir a la intemperie, capaz de encontrar el alimento hasta debajo de las piedras; yerbas salvajes que él conocía como comestibles, los gusanos, las culebras, sapos  lagartos y....otros bichejos, podían ser para él tan sabrosos y alimenticios como la mejor carne de pollo, cui o de conejo; en las estribaciones montañosas de los Andes, cara al mar, se dan variadas frutas, como naranjas, fresas y ricos maméis, papayas y aguacates; es cuestión de llegar a tiempo de maduración y conservación, antes que otros animales y aves las hayan consumido.


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