sábado, 26 de mayo de 2012

HISTORIAS NOVELADAS, XIX

I.- Aventuras del pequeño Filos.
I.- 19.- ¡ Cuántas pirámides”

“Cuando seas mayor, deberás trabajar mucho en la justa defensa de cuantos necesitados y machacados por las injusticias conque otros les aplastan sin piedad; por eso tienes que ser muy exigente contigo mismo y prepararte para la misión a la que has sido llamado”.

“Ho, mamá, eso si que me parece muy triste, y me dan ganas de llorar; creo que en las montañas de mis Andes, ¡hay muchísimos incas, y descendientes de incas, hombres y mujeres, jóvenes, niñas y  niños que aún sufren mucho por todas esas injusticias!
 Mamá me explicó muchas más cosas; algunas no  pude entenderlas del todo; mamá se dio cuenta, porque me dijo:
“Ahora toca curiosear el mundo que te rodea, ser feliz y disfrutar la niñez que te queda, ya que es una de las etapas más hermosas de la vida de los seres humanos; mira y observa hacia  tu derecha”.
“¡Cuántas pirámides se ven, mamá, en torno a ese gran río turbio y en pleno desierto; qué grandiosidad; (ya no pude más; no me fue posible poder contener tanta emoción y me lancé, como un loco, a los brazos y cuello de mi mamá, que jamás la había tenido tan cerca, olía tán bien, que me quedé extasiado con mi nariz pegado a su garganta) rompí a llorar, y le susurré:
Mamacita querida, tu vales para mí más que nada en el mundo, todo lo que me enseñas y aprendo es fabuloso y me hace sentir una persona nueva desde que tu me adoptaste como hijo; pero nada se puede igualar a tu bondad, ternura y cariño; tu vales para mi, más que todo eso; déjame quererte en la forma que yo se; soy torpe e ignorante, pero debo tener un corazón más grande que mi pecho, porque siento como si fuera a explotar, cuando te miro, te toco, te amo y te beso.”
Mamá lloró sobre mi y guardó silencio.

Luego, refiriéndose a las pirámides, me dijo:

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