I.-20.- Huellas muy valiosas de Egipto
“Hijo, qué cosas tan bonitas, que no tuve
antes la ocasión de oír, tu acabas de decirme; son más bonitas que todas las
bellezas que se pueden encontrar en el mundo terrestre; debo seguir con el tema
de las pirámides de este país, Egipto, que podríamos llamar el País de las
Pirámides, tienen sentido funerario, por lo que se denomina este espacio el
“Valle de los Muertos”.
“Ah, mamá, igual que en México, la
“Calzada de los Muertos” en Teotihuacán; ¿recuerdas”?
“Así es, Filos; es bueno que aprendas a
tener en cuenta todo cuanto has visto y lo que te resta por conocer, y relacionar todo lo que tiene cada cosa
con el conjunto de todo lo demás; no debemos quedarnos sólo con los
conocimientos aislados; la Sabiduría tiene su valor completo, digno de
saborear, “sápere” y de ahí la palabra “sapientia”, en que el sabio no es tal
sabio por todos sus conocimientos adquiridos, sino porque vive “saboreando” con felicidad la dulzura y fruición
espiritual que le produce tal experiencia; esta es la razón por la que
encontramos gentes sencillas, que han llegado a este nivel, casi sobrenatural,
de poder “Saborar lo que conocen, aunque sea poco, porque se sienten satisfechos,
según su personal capacidad; piensa en dos simples vasos, uno grande y otro
pequeñito; los dos se encuentran llenos; pero el pequeño no siente envidia
alguna del otro vaso más grande; igual sucede a los seres humanos, personas con
distintas capacidades; lo importante no es el tamaño y capacidad diferente en
cada uno, sino que lo importante es estar LLENO en su total capacidad; ¿has
comprendido bien?”
“Sí, mamá, esto es una escuela ambulante
de Sabiduría, y tú, eres la perfecta Profesora que cualquier ser humano
desearía tener.”
Se me caía la baba escuchando a mi mamá;
era ella, la Sabiduría en persona, la qué, con su palabra me embelesaba y
elevaba sobre el resto de cuantos seres humanos yo había conocido.
......
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