jueves, 3 de mayo de 2012

"COMPARTIMOS VIDA Y MUERTE"3


3 - .Lo que viví en carne propia

Cuando terminado el cuarto curso de Bachillerato,  llegué a mi casa
familiar, encontré a mi padre, con cincuenta y cuatro años, enfermo y
a punto de morir; permanecí a su lado los catorce días que aún vivió,
hasta que, vencido por el dolor y el imperio de la ley natural, falleció
inclinándose sobre mi pecho y entre mis brazos.

Querer ahora describir, sería imposible.
Mis diecinueve años no daban para tanto.
Tuve la sensación de que el mundo se hundía bajo mis pies.
Cayó sobre mi como un peso insoportable que resquebrajaba
hasta los cimientos mi existencia.

No puedo, ni quiero, ocultar que estos hechos me marcaron tanto que
los he calificado, sin tapujos y con toda la crueldad imaginable, como
una “crisis de muerte y de fe”; la más fuerte que he sufrido jamás.

Fue muy difícil superar aquella crisis personal, en que estuve
a punto de sucumbir ante el peso del sufrimiento, depresión y
tristeza interior.

Estuvo  en peligro mi Fe, los estudios y mi vida misma.

Mi recuperación fue posible gracias al comportamiento, así
como la comprensión y ayuda de mis hermanos, amigos y los
compañeros de estudios, los Profesores y, más que nada, una
fuerza espiritual comenzó a actuar sobre mí, fue como  tabla
de salvación para un náufrago hundido en el océano.

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