1.- 13.- Estamos llegando a otro
Continente.
La nave se introdujo bajo las aguas del
Océano Atlántico, y, a los pocos minutos, vimos desde el interior de la
cápsula, un espectáculo de luces que parecía como un juego de fuegos artificiales de algunas fiestas andinas.
“¡ Joo, qué cosa más bonita! Pero... si
aquí no hay pueblos! Estamos bajo el agua. ¿Qué es todo eso, mamá?
Mi madre sonrió de nuevo ( cuando
sonreía, se me quitaban todas las penas; y me encanta cuando se ríe; ¡se pone
tan bonita!):
“Hijo, esas llamaradas, que dices y ves,
son emanaciones volcánicas del fondo marino del Atlántico; se ven tantas,
porque hay una cordillera volcánica, como una espina dorsal, de norte a sur, de la que salen
constantemente esas emanaciones de fuego; es algo muy natural”.
También veíamos unas grandes ballenas y
otros animalotes marinos, mayores que nuestra nave, pero no nos hacían nada.
A los diez minutos, algo llamó
poderosamente mi atención:
“¡ Mamá...mamá, mira eso”.
Mamá, volvió a sonreír de nuevo, me abrazó tiernamente , mientras me
sentaba sobre sus rodillas, y me explicó:
“Vamos a empezar cruzando sobre las aguas
tibias, aunque bastante contaminadas, del Mar Medíterraneo; un escenario de
muchas guerras, culturas, antiguas y modernas, por el que alguna vez pasaron de
largo los antiguos gigantes de Rapa Nuí, y del que salieron rápido, al ver
tanta gente enana, a la que pisaban sin darse cuenta; es lo mismo que te ocurre
a tí, cuando vas por el campo poblado de hormigas; sin querer las vas
machacando con tus pies”.
.....................
No hay comentarios:
Publicar un comentario