I.-25.- He visto llorar a mi mamá.
Cuando mamá terminó de explicarme el
significado de las palabras oídas de los “Versos de Oro” y escuchadas en la
propia voz de Pitágoras, me dijo:
“Contempla y recrea tu mente en este
rincón de belleza natural y urbanística; cuando Alejandro el Grande eligió este
lugar, creyó que había hallado el sitio ideal para hacer realidad lo que había
dentro de su caprichoso
pensamiento: hacer palpables y visibles todos sus sueños sobre la
cultura, la música, el arte, la literatura, la astronomía y demás ciencias y
conocimientos que hacen tan felices a lo seres humanos.”
“¿Logró Alejandro lo que deseaba?” – dije
yo -.
“Sí; casi todo: disponía de dinero, de
ideas, influencias, poder político y militar; era un triunfador ambicioso
rodeado de un gran y poderoso ejercito; dominaba a los demás, por las buenas o
por las malas; nadie se le podía resistir”.
“Siendo así, creo que todo le salió bien,
¿no?”
“No todo, porque cometió el mayor error
que hombre alguno debe jamás cometer: provocó a la Naturaleza y a sus
imparables fuerzas”
¿Cómo fue, mamá? Cuéntame todo.”
“Te lo prometo, hijo, pero con más
tiempo; ahora debes ver lo que hay ante tus ojos:
-ese faro se ha construido después que
Alejandro muriera, ahí había otro más grande y bonito que orientaba a todos los
navegantes que cruzaban el Meditérraneo;
-ese edificio que parece estar hecho de
una pieza, sustituyó a otro que era Museo y Biblioteca al mismo tiempo, donde
se concentraba todo el saber adquirido por los seres humanos ;
- ese Teatro romano deruído es lo que
quedó de lo que en su día era el centro de atención de las grandes obras
clásicas de la Literatura griega y actual en tiempo de Alejandro;
- esta bahía circular y sus alrededores,
son...,
...son... el...”
“Mi mamá, no pudo seguir hablando; se
tapó el rostro con las manos y ...
Publicado el 01/6/12
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