viernes, 1 de junio de 2012

HISTORIAS NOVELADAS, XXV

I.- Aventuras del pequeño Filos
I.-25.- He visto llorar a mi mamá.

Cuando mamá terminó de explicarme el significado de las palabras oídas de los “Versos de Oro” y escuchadas en la propia voz de Pitágoras, me dijo:
“Contempla y recrea tu mente en este rincón de belleza natural y urbanística; cuando Alejandro el Grande eligió este lugar, creyó que había hallado el sitio ideal para hacer realidad lo que había dentro de su caprichoso  pensamiento: hacer palpables y visibles todos sus sueños sobre la cultura, la música, el arte, la literatura, la astronomía y demás ciencias y conocimientos que hacen tan felices a lo seres humanos.”
“¿Logró Alejandro lo que deseaba?” – dije yo -.
“Sí; casi todo: disponía de dinero, de ideas, influencias, poder político y militar; era un triunfador ambicioso rodeado de un gran y poderoso ejercito; dominaba a los demás, por las buenas o por las malas; nadie se le podía resistir”.
“Siendo así, creo que todo le salió bien, ¿no?”
“No todo, porque cometió el mayor error que hombre alguno debe jamás cometer: provocó a la Naturaleza y a sus imparables fuerzas”
¿Cómo fue, mamá? Cuéntame todo.”
“Te lo prometo, hijo, pero con más tiempo; ahora debes ver lo que hay ante tus ojos:
-ese faro se ha construido después que Alejandro muriera, ahí había otro más grande y bonito que orientaba a todos los navegantes que cruzaban el Meditérraneo;
-ese edificio que parece estar hecho de una pieza, sustituyó a otro que era Museo y Biblioteca al mismo tiempo, donde se concentraba todo el saber adquirido por los seres humanos ;
- ese Teatro romano deruído es lo que quedó de lo que en su día era el centro de atención de las grandes obras clásicas de la Literatura griega y actual en tiempo de Alejandro;
- esta bahía circular y sus alrededores, son...,
...son... el...”
“Mi mamá, no pudo seguir hablando; se tapó el rostro con las manos y ...
Publicado el  01/6/12

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