miércoles, 20 de junio de 2012

TRES DÍAS EN GRANADA, 3

Tercer día: 17 / 06 / 2.012
AMOR A LA PROPIA CUNA.

Habiendo vivido en Granada durante seis años, dedicados al estudio de Filosofía y Sagrada Teología bajo la dirección y Profesorado de la Compañía de Jesús en la ínclita y prestigiosa Facultad de Cartuja desde la Residencia-Seminario Mayor de San Torcuato de Guadix, en Granáda, es una suerte única, y  supone varios motivos que merece la pena recordar:

- la contemplación “casi mística” de más de 2.190 puestas de sol diferentes cada día
- 360 visitas al recinto y monumentos de esa joya mundial que es la Alhambra de mi roja cuna cultural;
- mis más de 90 visitas al Monasterio y Sacristía de  Cartuja la  Vieja, que es una religiosa filigrana producida por las manos de los Monjes Cartujos con la inspiración y paciencia de largos años de oración y arte;
- recordar las ceremonias de la Catedral renacentista y la Capilla Real donde yacen y descansan los restos de nuestros Reyes Católicos Isabel, Fernándo, Juana y Felipe 
el Hermoso;
- volver a recorrer con la emoción en la garganta esas callejuelas embrujadas del centro que rodean con cariño y embeleso el morisco Zacatín;
- orar por enésima vez ante la piadosa y tan dolorida Madre y Virgen de las Angustias;
- mirar durante más de dos horas a los rojos torreones de la Torre de la Vela y los palacios nazaríes y el Generalife, iluminados por la luz adormecida de un sol que se va por entre las nubes de las lejanas colinas y deja que la luz nocturna envuelva en el encanto ambiental la ciudadela inclinada su cabeza en las faldas puras de la Sierra Nevada que la besa y la corona amorosa; todo ello desde el morisco mirador de San Nicolás, sito en la cumbre  del Albaicín, después de subir escalando casi sus entrelazadas callejas y rozar con respeto su Alminar de S. José;
- recorrer con admiración y cariño el patio circular, bajo el techo abovedado sin argamasa,  la recia y majestuosa imperial escalinata, todo fabricado de pura piedra de sillería, donde se desarrollan célebres y famosos conciertos de arte musical.

Cuando de vuelta al Hotel Monte Carlo, bajo el peso de los más de cuarenta y un  grados de temperatura granadina, Noé y yo topamos con una heladería ubicada  en la Carrera  del Genil, número 810, donde nos refrescamos y disfrutamos de una agradable conversación, una horchata deliciosa siendo obsequiados con un tarro de “aceite de chufa”, una medicina para el interior de todos  y “una perla de belleza para todas las jovencitas señoritas y hermosas señoras”; estas fueron las palabras de Carmelo García Orts y de la señorita Laurita Ruíz Jiménez, nuestros agradables anfitriones y, ya para siempre,   sinceros amigos. Gracias.
Logramos revivir el dulce Amor de esa nuestra  culta cuna.
Si alguna vez pasais por España, no dejéis de visitar esta joya de Andalucía, como es Granada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario