Volví a Madrid y fundé un Centro de Educación en el
emergente pueblo de la villa de Alcobendas, mientras continuaba estudios universitarios en
el Instituto Superior de pastoral y Doctorado en Teología de las Pontificias
Universidades de Salamanca y la de
Comillas en Madrid; al visitar, con un grupo de alumnos del Centro, el Museo Nacional de Arqueología de Madrid, visité al entonces Director
del mismo, Don Martín Almagro Bach y su hijo Don Martín Almagro Gorbea;
conservo los mejores recuerdos de aquella visita y la amabilidad y acogida de
aquellos dos hombres eminentes, padre e hijo, de nuestra cultura nacional, a
los que expuse mi conocimiento de la zona arqueológica del Malagón y su
ubicación exacta en la provincia de Granada; y mientras yo hablaba con Martín
Almagro padre, su hijo Don Martín Almagro Gorbea tomó los correspondientes
datos de mi información, y rellenó una ficha con mis datos personales. Fue en
1972. Con gran alegría pude, años más tarde, leer una nota de un periódico provincial que hablaba sobre el descubrimiento de una nueva zona arqueológica junto al poblado del Malagón en el municipio de Cúllar de Baza en la provincia de Granada; en diversas ocasiones manifesté mis deseos de adquirir la propiedad de dicho cerro para despertar el interés de su actual dueño, mi amigo de infancia y edad, Don Ángel Martínez Jiménez.
Pasaron años; la investigación continuaba; las noticias sobre el novedoso hallazgo iban aumentando en internet y llegó el feliz acontecimiento de que la Junta de Andalucía tomaba cartas en el asunto y declaraba la zona del Malagón como Yacimiento de gran interés arqueológico en la fecha del 11 de noviembre de 2001.
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