domingo, 10 de junio de 2012

HISTORIAS NOVELADAS, XXXII

I.-Aventuras del pequeño Filos.
I.-32.- Sumeria me recuerda los Andes

Cargado de tantos números, templos, tantas religiones, tantos seres humanos de distinta procedencia y culturas, persiguiendo todos un objetivo común junto a un muro sagrado, dio a mi conciencia un aire de universalidad y paz que no había sentido nunca.
Me atreví a preguntar a mamá:
“¿Por qué tu no caminas como todas las personas normales ... y lo mismo que yo? vas como volando sobre el suelo lo mismo  que los hombres trasparentes del desierto de Nazca”.
Mamá no respondió a mi pregunta tañpoco esta vez; como si no me hubiese oido.
“Ahora nos dirigimos al valle y colinas de Mesopotamia, uno de los puntos más valiosos del Planeta; mucha gente, incluso sabios historiadores creen que esta es la cultura más antigua de la Tierra; llegan a pensar que sus primeros pobladores eran alienígenas venidos de algún otro planeta.”
Estábamos llegando a un amplio y verde valle, rodeado de colinas y montañas y surcado por dos grandes ríos, haciendo contraste con otro territorio circundante de seco e interminable desierto.
Como en otros lugares que íbamos recorriendo mamá ponía un especial interés en puntos de antiguos restos, edificios, palacios, pirámides; yo estaba impresionado viendo figuras y cosas que me recordaron mis espacios del Altiplano y las alturas de mis Andes queridos.
Entre  otras muchas cosas vimos a través de los medios tan sofisticados de la nave, imágenes  de piedra, tales como:
- una especie de una bella mujer desnuda con alas, rodeada de diversos animales, con un gesto de saludo o bendición como si fuera una sacerdotisa o diosa de otros mundos;
- una figura de hombre con dibujos tallados en  los brazos y cuerpo, a la manera comno lo vimos en los moáis de Rapa Nuí;
- unas pirámides y restos de ciudades que me recordaron a otras similares vistas de pasada cuando hicimos escala en México antiguo.
- distintos animales salvajes alados;
- unas tablas de piedra y arcilla escritas en una serie de letras, pero noeran letras como las s nuestras, que mamá nombró con las palabras de “escritura cuneiforme”;
- me llamó mucho la atención un gordo hombre desnudo, sentado con los pies entre cruzados y los brazos y manos extendidas sobre las rodillas y en actitud orante;
- los más llamativo para mi fue un objeto muy complicado fabricado en una sola pieza, pero en cada lado tenía diversos grabados misteriosos, mostrando en su frontal alto una serie de aves que me recordaron a mi querido y admirado cóndor de los Andes; como me detuve tanto en este objeto, mamá me explicó que se trataba de “la Estela de los buitres”
......

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