lunes, 25 de junio de 2012

COMPARTIMOS VIDA Y MUERTE, XV, 1


XV.-1.-  En la brega de la vida

    En la maraña del tiempo
nuestro cuerpo está encerrado,
en la cárcel de intereses
de los que viven de él;
es material de trabajo
con que se gasta y agota.
    Será el infarto o el cáncer,
el colesterol, la gota,
por diabetes excesiva
o falta de vitaminas.
    El cuerpo humano es un preso
con las cadenas del odio,
por envidia o por celos,
o por locuras de amor.
    ¡Cuántas veces he curado
esas sangrantes heridas
del alma, presa como él,
sin consuelo paliativo;
cuántas lágrimas vertidas
inútiles, inservibles,
sobre mis hombros de hombre,
confundido y abatido!
    Era una mujer tullida,
era un inocente niño,
una niña angelical;
eran jóvenes vencidos
antes de echar a volar;
eran varones hundidos
en las olas de la vida,
el engaño y la maldad.
    Es más difícil nacer,
son muy largos los dolores,
trabajos interminables,
sólo por querer comer
unos mendrugos de pan,
amasados con sudor
y la harina de los campos,
o virutas del taller.
    Sin embrago ¡cuánto miedo
a la hora de morir!
que sólo dura un segundo;
en las camas de hospitales,
de palacios o chabolas,
en las “favélas” de Río,
en el mar o en la montaña,
en cualquier lugar del mundo
puedes nacer o morir.
.......

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