martes, 19 de junio de 2012

TRES DÍAS EN GRANADA, 2

Segundo día: 16 /06 / 2.012: GRATITUD:

Saludar y estar tres horas al lado de un anciano amigo de casi noventa años de edad, muy deteriorado físicamente, pero dotado de una memoria excepcional con la que se pueden reproducir al detalle los años vividos  con él, cuando yo era un seminarista de estudios filosóficos en la Cartuja de Granada, y le ayudaba en asuntos pastorales en Venta Quemada, Matián y Vertientes, así como en todas y cada una de las cortijadas y cortijos de la comarca; campañas de apostolado, en la siembra del Evangelio y tareas de mejora en las instalaciones, templos, casas y campanas de las torres y espadañas.
Recordar aventuras, colaboradores, problemas ciudadanos, alegrías de fiestas y grupos de músicos y catequistas.
Revivir anécdotas venturosas unas y desventuradas otras; dos de ellas:

1.- En la víspera de San Juan, fiesta patronal de Las Vertientes, todo se fue al traste, porque al llegar los dos en moto a la plazuela de la Iglesia, los jóvenes de la aldea habían organizado un baile popular y estaban bailando como trompos;
Don Miguel, mi buen Párroco bajó de la Montea, que no calló al suelo porque yo me hica con ella, se arrodilló en medio de la abigarrada plaza de jóvenes y gritó: “Por favor, no ofendais a Dios de esta manera; no es forma de celebrar la Fiesta; paren esa música del diablo; de lo contarrio aquí se acabaron las fiestas; yo me voy; que Dios y San Juan os perdone”.
Subimos de nuevo a la moto y nos marchamos a Venta Quemada; en seguida los organizadores anuales de las Fiestas intercedieron; entre todos convencimos a Don Miguel que el asunto del baile no tenía tanta malicia como él suponía, y las Festividad se logró celebrar en paz.
Quedó, sin embargo demostrado el celo pastoral de un Sacerdote lleno de virtud, amante de Dios y de la Iglesia que, por salvar a las almas no se detenía ante nada  ni ante nadie.

2.- En el Cortijo de la Pililla, perteneciente al centro comarcal de Matián, se celebraba una concentración de vecinos en honor de la Santísima Virgen y la celebración incluía las confesiones y las primeras Comuniones de todas las personas que por lejanía y por trabajos propios del campo, agrícolas y ganaderos, no lo habían hecho antes.
Todo marchaba sobre ruedas, hasta que a un vecino se le escaparon unas vacas que hicieron salir corriendoa a chicos y grandes, mujeres y hombre, y hasta el Cura tuvo que refugiarse ante el temos y furor, que nuca llegó de las miedosas vaquillas, que salieron espantadas al ver a tanta gente correr.
Entre tantas cosas recordadas me entregó una escrito de sus muchas reflexiones  netre teológicas y pastorales, que aún conserva y que le
mantienen vibrante, mientras me dice y suplica que:
“No te vayas, tan pronto, Pedro; quédate conmigo todo el día; ya no te voy a volver a a ver más; ya estoy muy viejo y creo que ...lo presiento,...me queda poco tiempo de vida; pero ¿sabes que?  (me decía ya en la puerta del ascensos) estoy muy feliz; yo no tengo miedo a la muerte; y siempre he creído más en la confianza y el amor de Dios, que es, por definición,  AMOR, según las palabras de San Juan: “Dios es Amor”. "Te entrego estos escritos, que puedes publiar, si lo ves convieniente":
En los años de mi formación, cuando joven, aprendí muchas cosas importantes de este anciano, al que he venido en una actitud de sincera y obligada  GRATITUD personal.



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