martes, 12 de junio de 2012

RELATOS ANDINOS, I

Presentación:
Cuando uno sobrevuela la  cordillera de los Andes del norte al sur, ves mucho y no ves nada; es tan extenso el panorama, que al final saca la conclusión de que lo has  mirado todo,  pero no  has visto nada.
Al jubilarme y dejar a otros el puesto y el trabajo educativo al que dediqué   cuarenta y dos  años de vida, pedí permiso a los míos, agudicé el ingenio, adquirí un billete de larga  duración, y viví la más hermosa aventura jamás soñada.
Acompañado de mis dos mejores amigos, di un brinco de seis mil novecientos treinta y dos  kilómetros, me planté en Caracas de mi recordada y amiga Venezuela y me dispuse a recorrer en helicóptero, avión, automóvil, caballo, mulo, burro, llama, tren, bicicleta, guagua, telesferico, o en el carro de San Fernando, o sea, “unas veces a pié y otras andando”; pasito a pasito recorrí, y sí toqué, comí, bebí, abracé, besé montañas, pueblos, lagos, aguas, nieves,   peñascos,  plantas y  personas de  las crestas, laderas y  valles, todos  y todas las cosas que hay  bajo el cielo de  mis Andes queridos

Bueno, con la emoción  perdí el control; los Andes no son del todo míos, ni de nadie; son la cubierta y el manantial perenne y permanente de los ríos y lagos de Argentina, Uruguay,  Brasil, Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia , Venezuela, Recife y las
Guayanas; son los espacios sin límite por donde planean desde hace miles de años todas las aves andinas, al ritmo pausado y al mismo tiempo solemne y majestuoso el cóndor, su emperador y defensor, nombrado por el “dios  sol=Ínti” para los Incas.
Estos relatos son un recorrido sin retorno, en que cuenta más la anécdota humana ocurrida sobre acontecimientos vividos  a ras de tierra y en directo por los protagonistas en contacto, la mayor parte de la veces, con personas indígenas, encontradas, halladas o buscadas en su salsa familiar, laboral, festiva o dolorida.
Hemos querido huir de tópicos y rebuscados  científicos,  como  de rigores  históricos o de investigación; en ciertos  casos, nos ha sido difícil evitar los momento divertidos o penosos que han surgido de la vida misma.
Espero que sea sean de su agrado; van cargados de amor hacia  ustedes qué, a lo largo de estos cinco mese transcurridos, me han demostrado tanto valor humano compartido conmigo.
Será un verano sereno, alegre y refrescante como las brisas y el embrujo de las cumbres nevadas y valles esmeralda andinos.
...........(sigue: Andes venezolanos)

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