Todo
esto lleva consigo el retroceso y la pérdida de riqueza material, cultural y religiosa
de largos periodos de
esfuerzo y trabajo de las
generaciones enteras
convertidas en cenizas y basuras humanas.
Si la
dinámica que todo ser humano, antes, ahora y siempre,
esta centrada en perseguir sin tregua el fin primordial
de su existencia: la FELICIDAD,
¿ Cómo es
posible que el mismo ser humano sea su propio
verdugo, aniquilando con su
conducta egoista y cruel su propia
capacidad innata de conseguir ese objetivo vital?
En aquel
edén había una familia feliz viviendo en la armonía de la naturaleza y la
voluntad del Creador.
Doy
testimonio de lo que vieron mis ojos hace ahora 50 años. Lo juro. Y no miento.
Se
que muchas de esas Comunidades indígenas que vivían en la selva sudamericana
han sido “rescatadas y colonizadas” por sus respectivos gobiernos y otros
programas de desarrollo internacional.
Se
que muchas zonas de la amazonía ya son aldeas y pueblos que disfrutan de la
civilización, la cultura de
motricidad, la televisión, la escuela y el turismo.
Se
que muchas comunidades han perdido todo y son víctimas del hambre de los
pudientes por su madera, sus variados minerales y su mano de obra barata.
Reivindico
para esos pueblos, a los que dediqué los primeros años de mi recién estrenado
Sacerdocio sin esperar nada a cambio:
. respeto,
honradez y justicia;
-. que nadie
rompa su idioma, su cultura y su fe;
-. que todos
valoren su derecho a un amor familiar y comunitario;
-. si
alguien desea ayudarle, lo haga desde la propia dignidad y la de ellos con el
reconocimiento de una igualdad recíproca;
-. que vaya
a darles lo que les falta y no a quitarles lo que tienen;
-. que no se
les utilice para medrar;
-. que se
les reconozca el derecho a ser felices;
-. que se
les reconozca tal cual son;
-. que no se
les anule en el concierto de los pueblos libres;
-. que nadie
altere sus vidas llenas de libertad, paz y bondad.
La
visita a las comunidades indígenas anónimas de las riberas del Ucayali
cambiaron mi vida para el resto de mis días.
Que
El sea bendito en ellos.
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