domingo, 3 de junio de 2012

HISTORIAS NOVELADAS, XXVII

En presencia de HIPATIA

“Como te empecé a decir, este lugar, la bahía circular y su entorno es el cementerio más importante y valioso que tiene el Planeta.
Ahí yace el mayor cúmulo de conocimientos y Sabiduría que se ha conocido jamás; cuando nuestros Sabios astrónomos gigantes de Rapa Nuí visitaron Mesopotamia, se adentraron en las inmediaciones de la India, China, el Mar Mediterráneo y el Valle de Egipto, dejaron entre los hombres y mujeres de los territorios visitados, unos pliegos de conocimientos y los datos básicos y claves para el pleno domino intelectual del progreso acelerado por el que los seres inteligentes de otros Planetas de distintos sistemas solares e intergalácticos disfrutan hoy; mientras nuestro Planeta Tierra sigue postrado en viejos sistemas de un progreso lento y retrasado”.
“Y, ¿qué tiene que ver todo eso con este siniestro lugar qué tu misma has llamado Cementerio?”
“Desde este momento, hijo mío, eres de los pocos seres humanos que han tenido y van a tener las claves y conocimientos de que te he hablado; acabo de conectar con mi vieja amiga
HIPATIA, una Sabia Astrónoma, matemática y Filósofa, hija del Profesor Teón de Alejandría, que era uno de los más grandes conocedores de esas claves dejadas por los Gigantes de Rapa Nuí, superando a sus antepasados de Oriente Medio, Grecia y Egipto; entre el padre y la hija convirtieron esta antigua Biblioteca de Alejandría en una auténtica Universidad; esto ocurría a finales del siglo cuarto de la era de Jesucristo; HIPATIA murió virgen, odiada y maltratada por seres incapaces de conocer y respetar a los demás, cundo estos demuestran saber más que ellos; algo parecido había pasado también con nuestro ínclito Pitágoras, a quien maltrató y desterró de sus dominios uno de los tiranos que tuvieron algún poder en el mundo antiguo.
Los restos de estatuas, palacios, templos, el faro, museo y Biblioteca, son sólo testigos del atropello físico con que la Naturaleza castigó las insolencias y caprichosas ambiciones del gran desconocido ante sí mismo y al que pasó  la historia como el ¡Gran Alejandro Magno!” 
En ese momento tan solemne, oímos la dulce voz de la Sabia HIPATIA:
 
“Bien venidos seáis a este lugar de sabiduría, de cultura astronómica y de santidad; veo con admiración y respeto a ese niño del que ya me hablaste en los altos de Tassilli; ya ha sido inscrito entre los seleccionados galácticos para el curso de graduación astronómica de los siete próximos años terrestres a celebrarse en Alfa Centauri cuyo inicio será en el próximo equinoccio de verano

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