Transcurrieron
¡ocho años!
En
el recodo de un camino,
perdido
como nosotros,
se
produjo una tormenta
con
rayos y centellas,
con
huracanes y truenos;
fue
cuando los dos supimos
el
fin de nuestro destino;
te
ibas a casar con otro
y
yo no me iba a casar.
Se
abrió una nube de luz
dibujando
un arco iris
entre
tu vida y mi vida,
y
otro mensaje en el cielo
de
nuestra nueva ilusión:
“no
te cases”;
“cásate”;
“sólo
se vive una vez”
dicen
los viejos y viejas,
ancianos
para entendernos
y
entenderlos.
Y
tienen mucha razón:
“cuando
entre dos corazones,
hay
miradas traicioneras,
hijas
de sinceridad,
está
rondando la suerte
y
plena felicidad”.
La
chispa, prendió la mecha
en
la cercanía;
yo
comencé a ser tuyo,
tu
empezaste a ser mía;
el
fuego estaba encendido
entre
ambos.
.........
No hay comentarios:
Publicar un comentario