A tener en
cuenta
Otra
aclaración, necesaria, creo, es que si es verdad
que loscompañeros
de Pizarro enviaron gran
cantidad de oro a la Corona
española, pero es
onveniente darse una vuelta por el Museo Inca
de la ciudad de Lima y comprobar que su mayor
arsenal de
joyas, caretas y figuras que lo
engrosan
son procedentes
de estos antepasados “hijos del Sol”..
Los
antiguos pobladores de la Colombia preincaica
contaban un
acontecimiento vivido en el zona;
se
trataba de haber
visto una especie de bola dorada que,
cayendo del cielo,
despidiendo por los aires polvo de
oro, se había hundido en el famoso
lago Guatavita,
en torno Chibcha; por etos derroteros y otros muchos
se buscado, aunque inutilmente "El Dorado".
- ¿un dios
había descendido a la tierra?
- ¿había
caído un asteroide de puro metal áureo
Los incas no
daban explicaciones a los
españoles de
dónde habían
sacado tanto oro, pero nosotros nos
preguntamos: ¿ cuánto
metal dorado tendrían los
colombianos como para darse el
gusto y el lujo de
arrojar oro al lago de nuestro relato?
Cabe pensar
que ningún inca sabía el origen de tanta
riqueza, por lo que
su muerte prematura a manos
de los hombre de Pizarro,
resultaba tan inútil y cruel.
Y ¿si lo
hubieran sabido, lo habrían confesado?
Hoy, a
quinientos años de viaje, la respuesta está en
el aire.
Sólo la
investigación del futuro podrá
verla.
Es bien
conocido por todos el templo - Catedral
fabricada de sal por
los propios mineros en el
interior de una montaña también de
sal, esta en el m
unicipio de Zipaquirá en el Departamento
de
Cundinamarca a unos 50 kilómetros de Bogotá.
Lo recuerdo
por dos motivos:
-1º.-porque
a mi paso por Bogotá el matrimonio en
cuya casa me
hospedé, Alberto y Gládys, tuvieron la
gran cortesía
conmigo de llevarme a visitarla y
celebrar la Santa Misa con
ellos en el altar mayor de
dicho templo; fue emocionante
decir Misa y en
aquel marco “tan salado”, aquella
cúpula blanca/azul
y otros bellos
colores logrados con el juego
de la luz
y la sal, la imagen del Niño Jesús oferente y
luego
el curioso “espejo de agua”.
¡¡¡Recuerdos
vividos una vez en ese andar por la
senda sin retorno que
nos inspira tanta generosidad y
desprendimiento
en la relación con todos nuestros
semejantes
en el VIVIR DE CADA DÍA!!!
-2º-. Porque
los colombianos precolombinos de estas
comarcas,
los “cuyumbes” y los “guanes“, hablantes
del idioma
“chibcha” ya extraían sal gema de estas
minas y, debido a la
escasez de este mineral sódico,
apreciaban la sal más que
el mismo oro, de lo que se
deduce que intercambiaban
oro por sal.
Estos
precolombinos son, con sus tortas de sal, buenos
precursores
de platos y aperitivos de la Colombia
actual; bástenos
recordar los “arapes” (torta de maíz,
manteca de cerdo,
chicharrones y sal), las tortas de
ñame blanco, cocoano,
limón, naranja agria, sal y ajo.
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