miércoles, 18 de abril de 2012

" MACHU PICHU Y EL CIELO", 9

En el corazón del Imperio Inca

Estamos ya llegando en el  tren que nos ha  traído
con su “cha ca cha” desde el Cuzco al pueblecito
de Aguas Calientes, al pie mismo de la Ciudadela 
de Machu Pichu, una vez repasadas varias razones 
de la construcción de uno de los edificios del   
Planeta Tierra de más rango arquitectónico, pues, 
aparte de lo que tiene de grandioso y bello, hay 
que añadir que ningún otro en el mundo tiene 
mayor dificultad, atendiendo exclusivamente a lo 
bravo y arriesgado del lugar en que está tan
estrategicamente emplazado.
       
Cuando nos apeamos del tren, antes de cruzar el 
rio,  nos dirigimos a un pequeño autocar en que 
atravesamos el puente colgante,  que se mueve a
nuestro paso como si fuera un flan, lo que produjo
mucho miedo a yodos;la gente  se pusi a gritar de 
miedo, y no oía las palabras tranquilizasoras del 
guía,; todos pemsaban lo peor.

Luego, el microbús (si fuera más grande no podría
pasa por un puenta tan angosto); y el muy pequeño 
autobus comienza a subir por una carretera/camino 
con un trazado  en “cis zas,  que recorre los once 
kilómetros para cubrir la distancia de un solo
kilómetro real que tiene la ladera desde el rio hasta 
el Parador de turismo a mínima distancia de la 
entrada en la bellae impresionante Ciudadela sagrasa.

Con tales distracciones, a primera vista, el turista no
se percata dela presencia magestuosa e imponente de
ese gohante y safraso monte que con sólo verlo te
cambia la vida para siempre.

Un descocido y extraño respeto se apodera del espíritu, como veremos
en fechas próximas,


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