Reflexión de un hispano/sudamericano:
Uno descubre que el gran respeto, cariño y admiración
hacia “la Madre Patria”, se ha conservado junto al idioma, a pesar de esas hambres de libertad, justa
libertad, con la que se produjeron las independencias de algunos países
centro/sudamericanos, en que no faltó ese protectorismo interesado norteamericano de aquellos momentos.
Mi estancia en Puerto Rico, no pasaba de ser un
descanso de simple tránsito; escala obligada,; pero para mi fue el primer
“descubrimiento del Nuevo Continente”.
Todo lo conocido hasta ahora por mi. estaba ligado al
frío, durante mi infancia y juventud, al mundo rural, a los ambientes
contaminados urbanos de Granada y Madrid, a paisajes nevados, a los parajes
diversos de la piel de toro de nuestra entrañable España.
De pronto se abrió ante mi, ese universo de luz, de
islas, de mar, de playas blanquiazules, de palmeras, recostadas o esbeltas; todo
un emporio de sensaciones nuevas en mi horizonte vital, rudimentario y virgen.
Fue como el despertar fantasmagórico de ese mundo
doble, que todos llevamos dentro, como habitantes de este punto lácteo llamado
Tierra, en que los valores de “Sombra-Luz” juegan a producir sin cesar obras de arte, pictóricas, musicales,
científicas y electrónicas; nos colma de felicidad la experiencia humana física
y espiritual, filosófica y teológica; todo ese conjunto de inquietudes y lindas
sensaciones psicológicas que, a semejanza de esa otra enmarañada madeja de
cables invisibles, nos produce esa zozobra interior que con tanta frecuencia
nos hace sentir asfixia y ahogo personal.
El mundo que nos rodea puede agrandarse tanto que
agiganta nuestra pequeñez hasta esa terrible autoliquidación que se traduce en
falta de auto estima, ó, por el contrario, ese mundo mismo puede empequeñecerse tanto ante
nosotros, que nos convierte en “ese falso dios” al que antes de ayer y hoy
pretendemos llegar “¡a ser como Dios”! según el relato bíblico); pues no nos
parece suficiente ser los “reyes
de la Creación"; los“ dueños mancumunados de todo su contenido... y fisicamente relacionado”
En otras palabras, y con todo respeto:
eso es, cuanto
menos, un ”complejo de inferioridad” y, si se
me permite lingüisticamente, un real<simplejo> de superioridad“, que ha hecho tanto daño a
los seres humanos, de ayer y de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario