Pregunta con todo respeto a todos.
Vivir el amor conyugal con la
mente
puesta en Dios y en los hijos que Él
nos ha llamado a engendrar, es una
misión sagrada para la que son
llamados los seres humanos, mujer
y hombre, que contraen Matrimonio
por su vocación personal.
puesta en Dios y en los hijos que Él
nos ha llamado a engendrar, es una
misión sagrada para la que son
llamados los seres humanos, mujer
y hombre, que contraen Matrimonio
por su vocación personal.
Superado el digno complejo de la
virginidad,
(la virginidad perfecta, la que, junto
con la caridad, es la JOYA más
hermosa de todas las que adornan
la diadema de la Iglesia),
conservada hasta el propio
Matrimonio, es un deber divino
poner los medios adecuados para
culminar y cumplir el mandato
que nos conduce a la paternidad.
virginidad,
(la virginidad perfecta, la que, junto
con la caridad, es la JOYA más
hermosa de todas las que adornan
la diadema de la Iglesia),
conservada hasta el propio
Matrimonio, es un deber divino
poner los medios adecuados para
culminar y cumplir el mandato
que nos conduce a la paternidad.
Cuando se vive desde dentro
esa
realidad sexual humana, uno
comprende el nítido y verdadero
valor de la vida compartida y
vivida en la intimidad de la alcoba,
y en la realidad diaria de la calle,
del trabajo, de la familia, de los
vecinos, amigos, alegrías y miles
sinsabores que acompañan cada
segundo y lugar concreto de nuestro
andar cotidiano, en que no hay
tregua para el cansancio, la rutina,
el aburrimiento y el dolor.
De todo esto están libres los célibes.
De ahí procede la Felicidad de los
casados, compajinada, merecida y
proporcionada a su grado de total
y mutua Fidelidad conyugal.
Amor humano vivido a tope.
realidad sexual humana, uno
comprende el nítido y verdadero
valor de la vida compartida y
vivida en la intimidad de la alcoba,
y en la realidad diaria de la calle,
del trabajo, de la familia, de los
vecinos, amigos, alegrías y miles
sinsabores que acompañan cada
segundo y lugar concreto de nuestro
andar cotidiano, en que no hay
tregua para el cansancio, la rutina,
el aburrimiento y el dolor.
De todo esto están libres los célibes.
De ahí procede la Felicidad de los
casados, compajinada, merecida y
proporcionada a su grado de total
y mutua Fidelidad conyugal.
Amor humano vivido a tope.
Dios instituyó, desde el
principio
mismo de la Creación, la necesidad
de la:
mismo de la Creación, la necesidad
de la:
UNIÓN DE HOMBRE Y MUJER
PARA TENER HIJOS, RENOVANDO
LA MISMA CREACIÓN Y EVITAR
EL PELIGRO DE LA SOLEDAD.
El Matrimonio es así, el más poderoso
antídoto del egoismo.
“No es bueno que el hombre
esté solo”,
-dijo Dios-.
-dijo Dios-.
Se descubre la grandeza del
Amor
Divino, presente y vivo en el Amor
Humano, que Jesucristo valoró al
máximo, escogiendo a la mayoría de sus
Apóstoles que, siendo los llamados a
continuar su Obra Redentora en todo el
mundo y hasta el fin de los tiempos,
eran casados, entre ellos el primer Papa
de la Historia de la Iglesia.
Divino, presente y vivo en el Amor
Humano, que Jesucristo valoró al
máximo, escogiendo a la mayoría de sus
Apóstoles que, siendo los llamados a
continuar su Obra Redentora en todo el
mundo y hasta el fin de los tiempos,
eran casados, entre ellos el primer Papa
de la Historia de la Iglesia.
Que difícil es convencerse y
convencer
de lo contrario.
A estas alturas de la Gran Epopeya
Humana que habita la tierra, la voluntad
de Jesucristo, Dios Eterno que se hizo
Hombre en el tiempo y el espacio real
de nuestro mundo, dejó bien claro y
abierto el camino y la norma suprema
del comportamiento de sus fieles hijos.
Así lo quiso El, y así lo hizo.
de lo contrario.
A estas alturas de la Gran Epopeya
Humana que habita la tierra, la voluntad
de Jesucristo, Dios Eterno que se hizo
Hombre en el tiempo y el espacio real
de nuestro mundo, dejó bien claro y
abierto el camino y la norma suprema
del comportamiento de sus fieles hijos.
Así lo quiso El, y así lo hizo.
Por Él, en Él y con Él, sus Apóstoles y
fieles seguidores ponen todo su Amor
delante y por encima de la esposa, padres,
hijos, hermanos, amigos y cualquier otro
interés, para vivir el Sacerdocio y el
ministerio de la Gracia y la Salvación que
predicamos en su nombre con nuestra vida
más que con nuestras palabras; sin reparar
en el estado, célibe o casado, de los que El
llamó y sigue llamando hasta hoy, porque
tanto en un estado como en otro, ambos son
queridos por El, la llamada es universal y en
ambos casos válida para para la virtud.
¿¡POR QUÉ ALGUIEN SE
EMPEÑA Y
QUIERE VER Y PONER PECADO
DONDE ÉL ( infinita sabiduría y bondad)
QUISO,
VIÓ Y
PUSO
LA GRACIA,
LA VIDA
Y LA SANTIDAD!?
QUIERE VER Y PONER PECADO
DONDE ÉL ( infinita sabiduría y bondad)
QUISO,
VIÓ Y
PUSO
LA GRACIA,
LA VIDA
Y LA SANTIDAD!?
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