Cuando
finalizaba la Misa s mezclaba con la gente
para escuchar sus penas, preocupaciones, alegrías
y problemas laborales y familiares.
para escuchar sus penas, preocupaciones, alegrías
y problemas laborales y familiares.
Por esos
años la situación económica en España
obligaba a muchos trabajadores a emigrar a países
europeos, sobre todo en temporadas de las
vendimias y en tareas industriales y forestales.
obligaba a muchos trabajadores a emigrar a países
europeos, sobre todo en temporadas de las
vendimias y en tareas industriales y forestales.
Este joven
Sacerdote, José María Sánchez
Arias,
se inclinó sobre estos trabajadores y se prestó
a colaborar con las gestiones de tramitación de
pasaportes y demás documentos de emigración,
a lo que ellos no estaban acostumbrados; D. José
María, dedicaba gran parte de su escaso tiempo a
escribirles papeles, acompañarles ante todos los
organismos oficiales, incluso aportarles algo de
dinero, cuando alguno no tenía fondos para ello.
se inclinó sobre estos trabajadores y se prestó
a colaborar con las gestiones de tramitación de
pasaportes y demás documentos de emigración,
a lo que ellos no estaban acostumbrados; D. José
María, dedicaba gran parte de su escaso tiempo a
escribirles papeles, acompañarles ante todos los
organismos oficiales, incluso aportarles algo de
dinero, cuando alguno no tenía fondos para ello.
Yo dedicaba
muchas horas a colaborar con él
y ellos en todo lo referente al relleno de impresos
así como la atención de actas en los Libros
parroquiales de Bautismos, Matrimonios,
Defunciones y reparto de alimentos para la
gente necesitada que, a través de Cáritas, llegaba
desde Estados Unidos a nuestro País.
y ellos en todo lo referente al relleno de impresos
así como la atención de actas en los Libros
parroquiales de Bautismos, Matrimonios,
Defunciones y reparto de alimentos para la
gente necesitada que, a través de Cáritas, llegaba
desde Estados Unidos a nuestro País.
Las
necesidades espirituales de aquellas almas
se mezclaban ineludiblemente con las necesidades
urgencias de sus cuerpos.
se mezclaban ineludiblemente con las necesidades
urgencias de sus cuerpos.
Para mi
fueron tiempos de aprendizaje directo en
contacto de la tarea apostólica que llena el tiempo,
la preocupación y la vida de un buen Sacerdote
ante Dios y ante los hombres.
contacto de la tarea apostólica que llena el tiempo,
la preocupación y la vida de un buen Sacerdote
ante Dios y ante los hombres.
Con José
María vivií momentos de gratos recuerdos.
Ponemos dos
ejemplos entre tantos,,,:
1. - Le gustaba mucho la caza.
1. - Le gustaba mucho la caza.
Yo había
sido cazador hasta los 18 años, pero a
esa edad empecé a sentir lástima de los animales,
y ya no cazaba.
esa edad empecé a sentir lástima de los animales,
y ya no cazaba.
Cuando tenía
7 años disparé una escopeta por
primera vez; lo recuerdo porque la fuerza del d
isparo me despidió hacia atrás y acabé en el
suelo; a partir de aquel momento, no me volví a
caer, ya que todo era cuestión de colocación y
prevención corporal; muchas mañanas mi madre
me decía:
primera vez; lo recuerdo porque la fuerza del d
isparo me despidió hacia atrás y acabé en el
suelo; a partir de aquel momento, no me volví a
caer, ya que todo era cuestión de colocación y
prevención corporal; muchas mañanas mi madre
me decía:
“Pedro, coge
la escopeta y me traes uno o dos
conejos, para freirlos, mientras yo hago las migas”
conejos, para freirlos, mientras yo hago las migas”
Y Pedro, yo,
tardaba en volver una media hora;
teníamos el monte a 500 metros, y la caza era
muy abundante; una buena solución alimenticia
de muy primera necesidad; allí y entonces no
existían las carnicerías, aparte de las piezas que
lográbamos en el monte, la campiña y barrancos.
teníamos el monte a 500 metros, y la caza era
muy abundante; una buena solución alimenticia
de muy primera necesidad; allí y entonces no
existían las carnicerías, aparte de las piezas que
lográbamos en el monte, la campiña y barrancos.
Los chicos
de aquellos cortijos lo hacían sin peligro,
porque los propios padres preparaban a sus hijos en
este arte de cetrería, práctica y segura a la vez.
porque los propios padres preparaban a sus hijos en
este arte de cetrería, práctica y segura a la vez.
Ambos
clérigos, sin despojarse de sus hábitos, con
la escopeta en ristre, subidos en la moto, nos
echábamos al monte a recorrer rastrojos, cuando
anochecía; yo conducía la moto y José María portaba
la escopeta, apunto para disparar cuando salía un
conejo, una liebre
la escopeta en ristre, subidos en la moto, nos
echábamos al monte a recorrer rastrojos, cuando
anochecía; yo conducía la moto y José María portaba
la escopeta, apunto para disparar cuando salía un
conejo, una liebre
o perdices con la ayuda de la
ráfaga de luz de la
propia moto; y, aunque a veces fallaba, el resultado
de caza estaba garantizado; nunca volvíamos de
vacío.
propia moto; y, aunque a veces fallaba, el resultado
de caza estaba garantizado; nunca volvíamos de
vacío.
Era algo
divertido y útil, especialmente en tiempo
de verano y otoño.
2.--Otro día de primavera, emprendimos viaje a la
ciudad y capital de Provincia de Almería:
de verano y otoño.
2.--Otro día de primavera, emprendimos viaje a la
ciudad y capital de Provincia de Almería:
En vez de tomar
una carretera conocida, como
hubiera sido la carretera general de Venta Quemada,
Chirivél, Vélez Rubio, Puerto Lumbreras y Almería,
hubiera sido la carretera general de Venta Quemada,
Chirivél, Vélez Rubio, Puerto Lumbreras y Almería,
tomamos la
dirección de Baza, Caniles, Purchéna,
Olula del Río y Macaél, el Famoso pueblo del
Mármol blanco; en la parte superior del pueblo salía
una carretera para cruzar la Sierra rumbo a la capital
almeriense; pero con tan mala suerte que se acabó
la calzada asfaltada, y por no v0olver hasta Olula y
retomar la ruta de Cantoria, Albóx Cuevas de
Almanzora, y Vera hasta Almería, se echaron la
moto a hombros, anduvieron cuatro kilómetros
pisando gravilla y arena, hasta que dieron con camino
firme que les permitió subir de nuevo a la Montesa y
llegar, todo cubiertos de polvo hasta los ojos y
los zapatos destrozados, a la Capital del Indálus.
Olula del Río y Macaél, el Famoso pueblo del
Mármol blanco; en la parte superior del pueblo salía
una carretera para cruzar la Sierra rumbo a la capital
almeriense; pero con tan mala suerte que se acabó
la calzada asfaltada, y por no v0olver hasta Olula y
retomar la ruta de Cantoria, Albóx Cuevas de
Almanzora, y Vera hasta Almería, se echaron la
moto a hombros, anduvieron cuatro kilómetros
pisando gravilla y arena, hasta que dieron con camino
firme que les permitió subir de nuevo a la Montesa y
llegar, todo cubiertos de polvo hasta los ojos y
los zapatos destrozados, a la Capital del Indálus.
Nunca
recuerdo qué fuimos a ver o hacer en Almería;
quizás lo único que pretendíamos era darnos un paseo;
pero el resultado fue una pesadilla d entuertos.
quizás lo único que pretendíamos era darnos un paseo;
pero el resultado fue una pesadilla d entuertos.
La vuelta
fue más tranquila y por la ruta más normal de
Almería hasta Puerto Lumbreras v Venta Quemada.
Almería hasta Puerto Lumbreras v Venta Quemada.
De este
amigo Sacerdote, Párroco entonces de las aldeas
de Matián, Tarifa, Venta Quemada y Vertientes,
volveremos a hablar mas adelante, y por diversos motivos.
de Matián, Tarifa, Venta Quemada y Vertientes,
volveremos a hablar mas adelante, y por diversos motivos.
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