jueves, 30 de noviembre de 2017


NUESTRO COLEGIO
“Isabel Rosillo-Santo Ángel”
AQC. 1050
ASÍ OCURRIÓ 77

La noticia de la negativa del Concierto Educativo, requería un nuevo esfuerzo que, añadido a todos los inconvenientes ya descritos, me obligó a compaginar las clases de profesor, las gestiones directivas, la obvia atención puntual a profesores, alumnos, padres. Proveedores y consultas externas.
Mientras se lograba:

-       la Trasformación y Clasificación Definitiva del Colegio;
-       la publicación en el Boletín Oficial de Estado, la Orden Ministerial, por la cual se nos concedería el  Concierto Educativo;

Durante ocho años todo marchó de maravilla; tanto el Profesorado como la Titularidad, recibimos las totalidades  pendientes de los meses transcurridos en la regularización, en primer lugar; luego, sólo había que renovar cada cuatro años.

TICA. 14.7b

Tica, sin saberlo, iba perfilando y reproduciendo, como  en su propio ser, los detalles, las facciones de su cuerpo y la expresión majestuosa del pequeño soñador; su rubia y abundante cabellera rizada; su dulce mirada y melodiosa voz estaban siempre presentes en su rostro y manos, mientras raspaba, con la cuchilla afilada de sílex, la figurilla, que cada día se asemejaba más al inolvidable Tico de su alma.

Creemos, pensamos y sospechamos que, durante las largas entrevistas mantenidas con los inocentes e incautos vecinos, Tica les presentó aquella imagen diminuta que todos y ella misma creyeron que en aquel Ídolo de “madera blanca” estaba representado el alma de su hermano, que había venido a proteger y ayudar en la vida, las cosechas, proteger su salud, suerte y amor; lo único que deberían hacer, era ser buenos y dar culto a la enigmática figurilla (que en realidad era de marfil) durante toda su vida.

Al cumplir los veinticinco años, Tica, en la plenitud de su vida, con el vigor en flor de su hermosa juventud, se sintió ya preparada para presentarse ante su pueblo como, en realidad, todos la veían y deseaban que fuera.

Convocó a los habitantes del Altiplano a la ladera de su Cerro; cuando llegó el momento, salió de la orilla de la charca, ataviada con un rústico manto de totora, hecho por ella misma, que apenas cubría su bello cuerpo…
Nueva visión.10 > Aunque no abandonó las armas de guerra, descubrió una nueva forma de luchar y vencer a sus enemigos; el arma de la palabra y el convencimiento
Nueva visión.11 > Si antes se había reunido en torno al fuego, para dar culto a los dioses y a los muertos, ahora se reunía para dialogar con sus familia y vecinos.

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