sábado, 25 de noviembre de 2017


AQC. S/N.

“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”, 02

ANTE EL DÍA 21-XII-2017

El cambio sociológico, que se ha producido en España, en los últimos cuarenta años, no tiene parangón en la historia de ningún país, de los que nos acompañan, en occidente, comprometidos con la actual lucha de modernización humana en esta recién nacida Era de la Cibernética y su aplicación matemática a la cultura digital, que condiciona, hasta los límites de nuestro pensamiento.

Cuando, en el año 1976, se me ocurrió entrar en una sala de cine,  ubicada en la famosa Plaza del Pueblo, de Roma, atraído por el cartel publicitario, en el que aparecía la imagen del Papa.

Cuando comenzó a rodar la cinta, pude comprobar que se trataba de una de esas películas obscenas, del peor gusto, en que se ofendía, de la forma más grosera e inmoral, a la Iglesia y a sus hijos; salí en seguida de la sala, para dirigirme a un templo cercano y rogar el perdón de los autores, actores y espectadores de tal genero cinematográfico.

Me sentí confundido y ridículo; dudé entre tales extremos de aquel torpe espectáculo y mi posible descolocación ante la realidad cultural histórica.

Tras este último periodo democrático, más de 40 años de ensayo democrático, en que los nacidos después de 1935 del pasado siglo, no conocíamos los extremos hasta los que nos conducía la convivencia en libertad de pensamiento, palabra y acción de una ciudadanía, tan variada y compleja de España y Europa, tan rica en territorio, cultura, y caprichosa, a la hora de coincidir en gustos, ideas y proyectos.

Si en nuestro pasado remoto, la Península Ibérica, fue poblada por todas sus latitudes, a las que entraron nuestros ancestrales abuelos y progenitores, llegados desde los cuatro puntos cardinales, es natural que, a pesar de las leyes de Isabel y Fernando, obligando a la unidad de territorio, idioma y religión, a todos los habitantes de “la Hispania” bautiza y católica, del Imperio Romano, en la que España ha vivido hasta nuestros días, -cabe la incómoda pregunta-:

 “¿Ha llegado a su fecha de caducidad esa forma de entender la política?”

No debemos asustarnos, escandalizarnos, ni dejarnos dominar por el miedo; ¡estamos involucrados en una necesidad de renovación si, al final, tales vínculos unionistas saltaran por los aires, al amanecer, por primera vez, el sol de la libertad, en que el ser humano apareció, y debe ser consecuente, en este rincón de nuestro globo terrestre!

Es el reto de ser libres, compartiendo con igualdad todo cuanto somos tenemos y sabemos.

Ha llegado el momento en que, libres de tantas ataduras, con las que la ciudadanía española ha estado contenida, a lo largo de toda su historia, tiene una oportunidad de reiniciar su andadura social, política, religiosa, laboral, económica y cultural, a la luz de su experiencia y al ritmo de los países más equilibrados de este momento, reinventar o, tal vez mejor, aprovechar las metas logradas ya, por unos y otros, para dar un nuevo impulso, compartido por el aporte de todos los integrantes de nuestro territorio común.

Creo que, a pesar de las torpes incongruencias eventuales, todos los habitantes de nuestro espacio tienen mucho bueno que decir y hacer, en orden a una distinta forma de entenderse, de las que ya no valen, por anticuadas, gastadas e inservibles.

No estaría de más que, ante una posible y conveniente actualización de la Constitución, nos demos la oportunidad de hacerlo entre todos, sin exclusión alguna, para que tal renovación sea válida para todos.

Quizás, todos tengamos que cambiar algo, en nuestra forma de pensar, expresarse y actuar, ANTES DE HACER AÑICOS ESTE TERRITORIO, que heredamos de los que nos precedieron, y que tanto valoramos; ellos no lo harían, de ninguna manera.

 ¡¡¡estamos seguros!!!
Nueva visión.03  > Cada una de aquellas  tribus traía en sus genes una forma de ser, pensar, expresarse, actuar y comportarse, dentro de un determinado territorio, si bien abrigaban ciertas reservas entre ellos.
Hasta el siguiente de “LA VERDAD OS HARÁ LIBRES” >último sábado de enero/2018.

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