AQC, 09705
martes, 21--III-2017
ASÍ OCURRIÓ, 15
A partir de aquellos aciagos días. de luces
y sombras, sufrimientos y alegrías que una vez superados los motivos, todo
volvió a la normalidad.
En abril, aumentó la solicitud de
matrículas, tanto para una incorporación inmediata y los más mirando al próximo
curso escolar; el aumento de ingresos nos permitió un mejor funcionamiento
educativo.
De acuerdo con las instrucciones del
Inspector, Don Justo Pintado, nuestr@s alimno@s de Enseñanza Primaria, de
carácter domestico, tuvieron acceso a los exámenes oficiales,
En el Colegio público más cercano a nuestro
domicilio. En junio de este primer curso 1967-68.
Sucedió algo que, con el dolor que lo
recuerdo y escribo, lo relato, mientras otorgo una especial consideración a una
de las educadoras más efectiva y querida de la historia de nuestro Centro; la
señorita Pilar Urrea Alonso, afectada por una grave neumonía, se vio obligada a abandonar sus actividades entre nosotros;
l@s niños, sus padres y nosotros la
echamos de menos; nuestra deuda afectiva y profesional a su persona.
La reemplazó Doña Guillermina F. Campos,
una murciana afincada en Madrid, capaz y trabajadora que, debido a su valía,
nos dejó en septiembre, al lograr una plaza de maestra en un Colegio más grande
e importante que nuestro, “recién nacido y bebé, CENTRO DE EDUCAIÓN INFANTIL.”
Isabel Segura Pérez fue contratada para
atender el nuevo departamento de Taquigrafía y Mecanografía, y suplir a
Guillermina en el cuidado y educación de los ,ás pequeños de la casa.; En ese mes de septiembre, el día 15, iniciamos
el nuevo curso 1968-69, se incorporó a nuestro equipo pedagógico una señorita
andaluza que, hoy es la actual Titula propietaria y Directora del, ya adulto, “Centro de
Educación Infantil Santa Isabel”, tras mi justa
y, creo que merecida jubilación, al cumplir los setenta y cinco años de
edad, en el curso de 2009-2010.
Durante el invierno,
las semillas han estado dormidas;
los osos. Los reptiles y la savia, han estado aletargados;
el frío ha invadido la piel de
nuestro suelo;
hasta los pájaros huyen del aire escarchado;
y
tiritan las pirámides de os árboles;
Pero, …ya, Llega la primavera:
la vida está latente en los ovarios de la madre Tierra;
millones de engendros, darán la
respuesta a las hojas muertas;
crecerán los campos en flor, al
ritmo canoro de la alondra;
se oirá el eco del alleluia en la cúpula de la abadía;
y se encenderán de fuego las naves de los templos;
Porque, había muerto, y ha resucitado el Salvador, recuperándonos la VIDA, con nuestros trabajos y servicios a los hermanos con amor y
trascendencia; nuestras dudas son la clave de nuestra Fe; esto rs, creer sin
ver que Él es el Amor del que depende todo lo que existe y el funcionamiento
del Universo en que vivimo;, salvo mejor opinión.
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