jueves, 30 de marzo de 2017




AQC. 0983  viernes, 31--III-2017

ASÍ  OCURRIÓ, 23.

Fue un curso distinto y mejor que los tres precedentes;  contábamos con el beneplácito de las autoridades, de la sociedad y de los demás centros de Enseñanza de la localidad, en esa  sala de espera, hasta lograr la autorizados y salir de la provisionalidad en que habíamos estado sumidos más dee tres años..

Alcobendas había sido, durante siglos, una pueblo agrícola y ganadero, en que cuatro familias eran dueñas de la totalidad de las tierras e instituciones existentes, rodeadas de pastores y braceros que vivían al amparo de los terratenientes, con una característica sociológica muy interesante; algunos de estos hacendados, en los momentos fuertes de siembra y recolección acostumbraban a faenar al lado de sus trabajadores y asalariados; sirva de ejemplo el casi de Tomás Páramo que con sombrero de paja y camisa sudada, pasaba los días aventando la cebada y el trigo en la parte alta de la actual calle Concilio, a la que me gustaba acercarme y beber el agua fresca del pozo ubicado junto a la era.

Nunca podré olvidar la camaradería que había en esos años , entre los distintos centros Privados y Públicos, autoridades y ciudadanos, ricos y pobres, Instituciones e Iglesia.

Uno de los sectores, más activos y beligerantes, desde la clandestinidad política, dada la situación dictatorial de esos años, eran los activistas, que, cada dos por tres, dejaban las avenidas de Madrid cubiertas de invitaciones a la protesta contra el poder establecido.

Creo que no hacían tanto daño, coma para meterlos en la cárcel; algunos de ellos tenían su hijos en nuestro colegio, y estaban muy contentos del trato que recibían y la libertad de expresión con la que procedían; yo venía de convivir con toda clase de ideologías y procederes religiosos, en más de diez países americanos, y todas estas cosas me habían hecho mucho bien y capacitado para no escandalizarme por nada.

En algún rincón o estantería de algunas casas de esta comunidad, descansa la serie de publicaciones del semanario “NUEVO ALCOBENDAS”, donde quedó reflejada toda la realidad de la vida emergente de “este SOL de CIUDAD”, en la que intervinieron tantos colaboradores de los años 1970-90. protagonistas, forjadores de lo que hoy comparti,os  con los que nos visitan.

Con nuestro Inspector de Educación, Don Justo Pintado Robles, al que todos los centro educativos de la Zona Norte de Madrid, jamás olvidaremos.

-       Colegios estatales, de las Charcas, Carlos Ruíz, femenino y masculino.
-       Colegios privados, del Niño Jesús, San Miguel, Juan XXIII, La Almudena, San Vicente, José María Pemán, Cíes e Isabel Rosillo, educación mixta.

Todos colaboraron en la Ley de Educación General Básica, con Don Justo, algunos ya no están; pero todos viven en la mente y el corazón de sus más queridos y aventajados almn@s, y de los hijos y nietos de ell@s.

No hay que recocer el valor reformador de la enseñanza en España, al convertir la antigua Educación Primaria e Infantil, en  16 cursos, cuatro de Jardin de infancia- -Preescolar; y ocho de EGB., pri mera Etapa, 1º-2º cursos, Ciclo Medio, 3º,4º,6º,; ciclo Superior, 6º,7º, 8º; l@s alumn@s que obtenían el Graduado Escolar, pasaban a ESO, eº ,4º al Bacillerat6ola, COU.,  para el ingreso en los estudios superiores universitarios, a los que hay que añadir los años de especialización, según la carrera elegida por cada un@ persona.

Este programa significa  que, los primeros veinticinco años de vida son de pura preparación con el fin de ser útiles a la sociedad.

Sin embargo, no todos entendieron del todo el conjunto, y muchos abandonaron los estudios, unos por problemas personales o familiares, y otros por cansancio o influencias ajenas.  

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