AQC. Nº 1116,
ESPECIL.V:
PROCESO
DE ACTTUALIZACION.
Es
posible que, por mucho que yo diga sobre el hallazgo fortuito del “IDOLO DE EL
MALAGON”, y que ni los hermanos Andrés,
Antonio Torrente Romero y yo, no éramos
“rebuscadores ilegales y clandestinos”, como se dijo, ignorantemente e
inocentemente, por alguien, cuyo nombre se ignora hasta.
Lo cierto es que, a pesar del esfuerzo realizado por esclarecer la
simple verdad de lo ocurrido, va a trascender lo que fue escrito, aunque las
palabras ofensivas contra tres
ciudadanos queden impunes.
Nadie está acusando a persona alguna, ni muerta ni viva, y menos a
personas tan valiosas y dignas como las que intervinieron, de forma tan digna y
competente, cuyos nombres conocemos, valoramos
y han dado muestras de buenas personas y excelentes profesionales.
Rogamos a cuantos lean estas explicaciones, sepan distinguir el deseo de
defender la verdad de lo sucedido de la la idea de acusar a nadie de delito
alguno, dada la recta intención de todo cuanto hicieron, dijeron y escribieron,
respecto a los valores que tanto apreciamos.
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