jueves, 26 de julio de 2012
RECORDANDO A UN SANTO AMIGO, 4
Como anécdota curiosa
de un hombre héroe y santo;
yo fui testigo presente,
de verlo como Rector
de San Torcuato en Granada;
cuando viajó con nosotros
hasta aquella Casa Madre,
de San Ignacio en Azpéitia;
ya a la vuelta en Granada,
rezamos un Padre Nuestro
por el alma de su hermano,
que murió durante el viaje;
por “no aguarnos la fiesta”,
guardó absoluto silencio;
llorando, en solitario,
el dolor que le produjo
esa noticia y su pena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario