3.-
Allá todos nos veremos.
Mas todos tienemos fin;
igual
que cualquier vecino,
pagamos por lo que somos:
¿usureros
y corruptos,
burladores
de justicia,
y
sanguijuelas humanas,
que
merecen justo pago,
por
haberse dedicado
a
amasar grandes fortunas,
con
el ajeno trabajo,
con
el sudor de los pobres,
desdichados
de este mundo;
sin
rubor y sin escrúpulos
y
cargados de egoísmo?
Ahora me pregunto y
digo:
¿Cuál
es el recto camino?
¡Decidme
vos la respuesta,
si
acaso vos la sabéis!
La respuesta es
personal
y
la firma individual;
no
existe, NO, la respuesta
que
es válida para todos.
¿Tenemos o no tenemos
un
Código personal?
Razón de nuestra razón,
que
nos hace responsables
de
nuestro pensar humano;
ello
es, nuestra libertad
usada
con el respeto
que
mide, ni más ni menos,
el
grado de dignidad,
que
orgullosos defendemos.
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