jueves, 5 de julio de 2012

COMPARTIMOS VIDA Y MUERTE, XV, 3


3.- Allá todos nos veremos.

    Mas todos tienemos fin;
igual que cualquier vecino,
pagamos por lo que somos:
¿usureros y corruptos,
burladores de justicia,
y sanguijuelas humanas,
que merecen justo pago,
por haberse dedicado
a amasar grandes fortunas,
con el ajeno trabajo,
con el sudor de los pobres,
desdichados de este mundo;
sin rubor y sin escrúpulos
y cargados de egoísmo?

     Ahora me pregunto y digo:
¿Cuál es el recto camino?
¡Decidme vos la respuesta,
si acaso vos la sabéis!
     La respuesta es personal
y la firma individual;
no existe, NO, la respuesta
que es válida para todos.
    ¿Tenemos o no tenemos
un Código personal?
    Razón de nuestra razón,
que nos hace responsables
de nuestro pensar humano;
ello es, nuestra libertad
usada con el respeto
que mide, ni más ni menos,
el grado de dignidad,
que orgullosos defendemos.

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