jueves, 12 de julio de 2012

BUCEANDO EN NUESTRA IDENTIDAD, 2


- Todo el saber de este mundo,
el que podemos lograr
los pobres seres humanos,
se reduce a balbuceos
de un niño, bebé de pecho,
ante todos los arcanos,
infinitos,  insondables,
del Cosmos en que habitamos.
    Todo lo más complicado,
de inexpugnable grandeza,
de la simple existencia
de las cosas materiales:
vivientes, plantas, insectos,
animales y personas,
se reducen, tan sencillas,
a un cercano, un “amén”
ante la luz de la Fe.
    Los humanos reflexivos,
inquietos, inteligentes,
aún cargados de dudas,
atisban entre las sombras
oscuras de la existencia
la esencia de un Creador,
Redentor, Santificador,
y el misterio de su Amor:
  
    El Padre Persona, Amor,
ama al Hijo, que es Amor
el Hijo Persona, Amor,
ama al Padre, que es Amor,
el Espíritu es el mismo
Amor Personificado,
igual al Padre y al Hijo.
.......

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