viernes, 27 de abril de 2018



NUESTRO COLEGIO
“Isabel Rosillo- Santo Ángel”
AQC. 1.163
ASÍ OCURRIÓ, 142

A raíz de mi jubilación, el día 30 de octubre de 2009, viví 45 días en el más riguroso descanso; tenía necesidad de experimentar esa sensación, desconocida para mi, de vivir “sin tener nada que hacer”.

Mi estado de salud era excelente, dormir, comer, orar y dar un paseo por las calles del pueblo, me resultaba tan satisfactorio que, por primera vez en mi vida, pensé que la jubilación es el mayor regalo que una persona, de edad, trabajadora desde los cuatro a 70 años puede recibir.

Por la cantidad de motivos,  que ya de sobra conocéis los lectores del Blog,  “A QUIEN CORRESPONDA”, no me jubilé a los 65 años, tras mi regreso de mi último trabajo apostólico  en México, después de haber sido consagrado obispo misionero, en la consideración a  estos cinco  valores cristianos, vividos bajo la consigna explícita y escruta desde mi Ordenación Sacerdotal: de:

“VIVIR EL EVANELIO”,

como Máximo Código de comportamiento humano, procediendo a ser fiel a as palabras de cuanto Jesucristo enseñó e hizo, resumidos en los siguientes puntos básicos:

1.
La dedicación  a la actividad misionero, durante m´s de 50 años, en más de 20 países y 4 continentes.
2.
La trayectoria de la fundación, educación de la infancia y juventud en dos colegios, uno en Perú y otro en España.
3.
La formación de una familia, según la voluntad y práctica de Jesucristo al crear la Comunidad eclesial sobre la base de hombres casados, en su mayoría, a los que hizo Sacerdotes y apóstoles.
4.
Ejercicio del Sacerdocio, “dando gratis la Gracia de laPadre“, sin  cobrar dinero alguno por la administración de los Sacramentos y  proclamación de la Palabra.
5.
La práctica ininterrumpida de compartir todo de cuanto ha tenido, con las personas con las que ha vivido, en todo tiempo, lugar y situaciones.

Sobre estos cinco valores cristianos, de los que yo no puedo juzgar, son  testigos las personas con las que he vivido y  están sometidos al criterio, y a la consideración de los demás, incluidos los conocidos, aunque no participaran, directamente de mis acciones.

Sólo puedo responder que, en todo momento hice todo lo que creía que debía hacer, por el bien de los demás, sin esperar nada a cambio.
Id.E.35.
Todos los cursos, realizábamos visitas programadas a los distintos Centros de Culto existentes en ambos pueblos limítrofes, Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, con las intervenciones de los párrocos,  pastores y directores religiosos.

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