jueves, 19 de abril de 2018


NUESTRO COLEGIO
“Isabel Rosillo- Santo Ángel”
AQC. 1.166
ASÍ OCURRIÓ, 145

En todas las épocas, ha habido crisis, de distinto signo, que han dificultado la vida de las gentes; todos sabemos lo que fue, y sigue siendo, en sus resultados sociales, "la burbuja inmobiliaria" en esta útima década.

La crisis económica entró en nuestros hogares, empresas, bancos y personas de todos los sectores, oficios y entidades, como un intruso, desagradable e inoportuno huésped, ya que su reconocimiento oficial no fue aceptado en España durante varios años; los gastos superfluos se siguieron produciendo hasta la agonía de los que negaban la triste  y realidad de la entrega de los pisos, la huída de los emigrantes  y el rescate de los bancos y desaparición de las cajas de ahorros, cerradas por culpa de políticos malversadores y corruptos.

Miles de pequeñas y medianas empresas se vieron obligas a cerrar, por la imposibilidad de su mantenimiento elemental.

Miles de chalet fueron abandonados,, a medio hacer, en manos de los bancos, cuando sus titulares dejaron de abonar sus hipotecas.

La crisis se llevo consigo cientos de guarderías, centro de educación infantil y colegios de toda la vida; nuestra resistencia y supervivencia fue posible a esfuerzos de un familia entrenada durante los años del periodo previo, en que afrontamos una lucha económica de estreches y ahorro, ateniéndonos a lo poco de que disponíamos.

Como el trampolín de una piscina, parece un salto en el vacío, al saltar,
nos impulsa a caer mejor en el agua, así ocurre cuando nuestra capacidad se somete a la prueba más difícil, se produce un efecto milagro, que nos lanza hasta distancia imposibles de alcanzar al ritmo normal, logrando el mayor éxito del prpyecto buscado.

Ante el fracaso, nadie debe dar su brazo a torcer; mientras el brazo no se parte, el ser humano nunca debe darse por vencido; de lo contrario, mientras la vida pueda ser útil a los demás, merece la pena darla por su bien, porque el eso consiste el valor de la nuestra.
Id.E.30.
Tuve la suerte, de descubrir a tiempo, que yo podía aprender de ell@s mucho más de lo que ell@s podrían aprender de mi; esa fue mi mayor riqueza intelual conseguida.

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