sábado, 27 de enero de 2018


ÚLTIMO SABADO DE ENERO
AQC. Nº 1093

“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”, 03

La libertad de cada uno y los derechos de los demás.

Aquello de decir palabras gruesas queriendo llamar la atención de los demás, ofendiendo los oídos de los oyentes, no es algo nuevo entre nosotros; en pleno Siglo de Oro.

Nuestros literatos, hacían estilo, litigaban con la competencia y, entre ellos, se decían de todo, nada bonito, cuando se veían las caras o  escondidas.

Siglos más tarde, las pasiones ideológicas y políticas llegaron hasta los tiros; en la generación que ya termina, oímos palabras soeces y vimos zapatos volar en plenos parlamentarios.

Hoy, algunos de nuestros más hábiles locutores, (periodista?), colaboradores, vendedores de chismes, incluso diputados, no saben hacerse entender si no sueltan gusarapos y expresiones ofensivas.

Podíamos hablar de escándalo; pero, ya no se escandaliza nadie, por tales estupideces semejantes.

Hasta los niños, siguiendo el ejemplo de sus progenitores, dan rienda suelta a sus oídos y lenguas, cuando quieren hacerse graciosos.

A tanto llega este asunto, que hasta se hacen manifestaciones, para parar esta ola de agresiones entre parejas, esposos, hijos y padres, hermanos y vecinos; el machismo, feminismo, las violaciones y abusos de jóvenes y niños, hacen peligrosa la calle y la convivencia escolar.

Siempre hubo recomendaciones de padres, educadores y ancianos;  se notaba la presencia y vigilancia policial; pero eso no gustaba y era considerado como un atropello autoritario;  hasta se da el caso de que  algunos “ciudadanos”, se toman la justicia por su mano.

En vez de aceptar las correcciones,, se alzan contra los agentes y agreden con piedras y palos a los que les llaman la atención.

Sabemos que, la falta de educación, perjudica más al que mal se comporta que a los oyentes y víctimas; pero ante esa falta de entender lo que significa el buen uso de la libertad.

Es necesario esclarecer, de una vez por todas, los límites entre la propia libertad, el derecho de los demás y el delito de la palabra, oral o escrita, cuando es mal utilizada.

Sería un bien ejercicio, hacer una lista de malas palabras, soeces, malsonantes y ofensivas, oídas en los medios, la calle y en las sillas del   Parlamento y al pie de los altares.

NOTA: Este escrito va dirigido a las personas que, de verdad, están a  favor de una mejor y digna forma de pensar, hablar, escribir en, y para el público.

Que os vaya bonito; pasad la voz, y hasta el día 24 de febrero/18.
Ver Link: sospechasypoemas.blogspot.com/

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