martes, 5 de septiembre de 2017


REFLEXIONES SOBRE “LA COSTA DEL SOL”
>AQC.  … Nº 1.000…<>…
                                                (dicho sea de paso)
03)

Crónica de unas vacaciones, “moviditas”, junto al Mediterráneo andaluz.

Tras tres escasas horas de viaje, sobe las alas de una ave férrea, mi primer encuentro   con el agua malagueña de Torremolinos, Torreblanca, el Espigón, Carihuela y las cuatro banderas azules, la “Distinción  Plus” de Fuengirola y la piscina del Hotel, A,B,C “Bajondillo”, nos resultaron muy agradables, en nuestros inocentes chapuzones de dos niños grandes.

Lunes, martes y miércoles, no falté a mi cita con las olas, la brisa y los chiringuitos; Isabel y yo éramos, como siempre, dos tontos enamorados hasta  el alma, sin olvidar ni un instantes a nuestros retoños, ya entre los treinta y las cuarenta primaveras, no en vano hemos vivido para ellos desde que nos atropelló, felizmente, el dardo del amor.

Las continuas fotos de los nietos y nietos, desde Berlín, Canarias y San Sebastián, nos iluminaban con sus juegos, sonrisas pataleos prenatales.

El jueves, nos visitaba, desde Londres, nuestra primorosa y bella ilusión de tenerla cerca y disfrutar de sus desvelos y cuidados angelicales; los saludos y mensajes de “whatsup”,
completaban nuestros gozo familiar y amistosos, mañanas, tardes y noches.

Toda va sobre las olas benignas y suaves del “Mare Nostrum”, cuando de repente, aparece “la nata” cubriendo la superficie de las “supuestas aguas limpias” y nos vemos obligados a salir hasta la arena, a base de manotazos, mientras una ruidosa barcaza se nos echaba encima, con su afán de recoger  (perdón por el eufemismo popular) la“nata de mierda”, y nos preguntamos horrorizados:

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