martes, 26 de septiembre de 2017


Lu.25 - IX-2017
NUESTRO COLEGIO
“Isabel Rosillo- Santo Ángel”
AQC. 1.0013
ASÍ OCURRIÓ, 40

Todos poníamos nuestras ideas, criterios e ideales en la formación y en el protagonismo ciudadano de nuestros niños y niñas.

Mi afán apostólico me había acompañado durante los años de labor misionera en América Sur y Norte, y deseaba continuarla en esta parcela de la Iglesia de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Ministerio de Educación y Ciencia, en aquellos años de despegue industrial, mientras la población iba creciendo de día en día, tras el trasiego de emigrantes de toda España venía al calor de un trabajo fijo, el pan, la vivienda, la atención educativa, sanitaria y cultural.

Yo había sido Ordenado Sacerdote en pleno desarrollo del Concilio Vaticano II bajo los aleteos del Espíritu Santo, (el de la convocatoria sorpresiva de abrir la ventana con el fin de que entre el aire fresco a la Iglesia cuyo sopor, tufo a podrido y corrupción interior se había vuelto irrespirable e inhabitable), había producido en mi ser la inquietud de “VIVIR EL EVANGELIO” a fondo, por encima de cualquier otro interés humano, social, clerical y eclesiástico.

Estaba convencido de que los nuevos hombres de la nueva Iglesia nacida del Vaticano II, había aparcado para siempre la verticalidad de sus prácticas vitales para abrirse al diálogo sincero a la hora de PONER AL DIA la verdadera iglesia al desnudo que Jesús nos dejó al pie de la Cruz en el Calvario, a la espera de su Resurrección y, por Él, de la nuestra.

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