lunes, 11 de diciembre de 2017


INTERMEDIO
AQC.1058

ENCUENTRO CON “un ateo confeso”., 02

En la citada conferencia, conocí en persona al autor de un pequeño libro, que, al ver en mis manos su último trabajo, “Les Mots”, “Las Palabras”, que contiene dos capítulos, “Leer y Escribir”; este detalle, me granjeó una sonrisa, aviesa mirada y el inicio de una conversación amistosa, en la que se produjo un diálogo, digno de recordar, aunque solo sea reproducido, para vosotros, con la máxima claridad y libre de toda clase de términos y formas literarias, al tiempo que ruego a todo el que sienta algo de inquietud, se ponga en contacto conmigo, de la forma más fácil que le sea posible, comentario, muro, gmail, …

“Señor – le dije:

“He leído su último libro, de un tirón, y he quedado muy impresionado, al encontrar frases, expresiones y palabras, que revelan una profunda preocupación espiritual, al estilo de tantos  ascetas y místicos cristianos.

He encontrado razones suficientes, como para pensar que usted recibió el Bautismo, por lo que es tan cristiano como ellos o, al menos, más que yo, tan lleno de buena voluntad, pero un simple buscador del Gran Desconocido, al que sólo conocemos por las huellas que nos dejó.

Jamás, le digo con toda  sinceridad, esperaba encontrar en los escritos de un hombre como usted, tan mal tratado por la Jerarquía eclesiástica, de la que yo soy parte activa y, por ello, también responsable; me siento avergonzado y obligado a pedirle perdón, por lo que he pensado, hasta ahora, acerca de usted, por las cosas que he oído durante mis años de estudios y formación secundaria, filosofía y teología.

Al finalizar de leer  su libro, después de afirmar usted su total y heroico desprendimiento, aludiendo al gesto de aquel soldado, vencido por su enemigo, al “no tener nada en las manos, nada en los bolsillos”, añade usted, tan convencido  “y, si hay algo de esa imposible salvación, a ello me atengo”.

Tendrán, algunos hombres de la Iglesia, que rectificar, algún día, su comportamiento, tan duro y poco cristiano, con usted?

Estoy tan confundido, que sólo me bastaría una simple explicación suya, para quedar satisfecho y tranquilo, sabiendo que según el Evangelio, los cristianos SIEMPRE tenemos que perdonar; ahora,  le ruego su perdón, en mi nombre y el de ellos, los que le condenaro;, si usted puede y quiere concederme tal favor.”

El insigne autor, oyó mi discurso, con suma atención y respeto, como corresponde a un francés, educado y docto como él; luego, con la elegancia propia de un sabio, experimentado en mil casos de situaciones, que entre otras cosas, había rechazado el Premio Nobel, colocó su mano sobre mi cabeza, ignoro si fue alguna burla de las suyas, pero, con toda seriedad, me recordó el gesto de el más digno confesor que, recordando sus años infantiles, me otorgaba el perdón de mi cruel, vergonzosa y vergonzante confesión- así yo me veía-, me incliné ante él y me puse  de rodillas, esperando su benevolente perdón:
...
Nueva visión.24 > Creemos y admitimos la soberanía de todos los que, con su voto,
otorgan el Poder a un determinado Partido y Candidato a la presidencia del Gobierno
Nueva visión.25 > Como nuestro sistema democrático está regulado por una escrita y
reconocida Constitución, no cabe otro sistema de gobierno, estando ésta en vigor.

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