Tiempo de espera
REFLEXOÓN SOBRE SOLICITUD y DISPENSA
Éramos
felices así, pero nuestra felicidad estaba apoyada en un 99 % en la común
esperanza de la respuesta del Papa Paulo VI., desde Roma.
Estábamos hospedados
en un hotel muy cercano al inicio de la playa Oeste y al lado del barrio antiguo
y céntrico, por lo que solíamos asistir a Misa en la Iglesia Parroquial de San
Jaime y Santa Ana, un templo neoclásico y enriquecido en arte históricamente un
famoso hallazgo de una imagen de la Santísima Virgen allá por el año de 1740,
es conocida como Virgen del Sufragio
(también le llaman los oriundos de Benidorm Virgen del Naufragio), y es la
Patrona Canónica de la Villa, pues
aparte de otras razones está ubicada justo en la cúspide de cerro o prominencia
llamada Canfali, desde la que uno puede contemplar las dos playas, el mar, la Isleta y gran parte de la bella Ciudad
turística.
El anterior párrafo
tiene un “por qué” muy personal, pues el día 28 del mes de agosto de 19 76,
oímos la Santa Misa en ese templo, nos dirigimos Isabel y yo, con nuestro niño
en brazos y, a la capilla de la Virgen del Sufragio y le pedimos, ambos
llorando, que nos echara una manita de Madres sobre dos humildes “náufragos”
que sentían ahogarse con el agua al
cuello.
En
muchas ocasiones acudimos a nuestra fe y vida religiosa y rogamos de forma
muy diferente y fervorosa cuando un problema grave nos acucia.
Sin
dar más importancia a esta simple anécdota, y sin ánimo de inventar milagros,
la recordamos muy pronto, debido al motivo que os cuento a continuación:
por motivos de
trabajo, teníamos que estar en Alcobendas el día primero de septiembre, para
atender los exámenes de asignaturas pendientes, actas y la documentación
precisa para finalizar la situación escolar de todos nuestros Alumnos/as; este
agobio nos distrajo tanto que al final resultó para Isabel y para mi tan esperada
y deseada NOTICIA; la llamada del amigo Leovigildo Gómez Amezcua, Sacerdote
conocido desde el Seminario Menor y Mayor,
y ahora canciller del Obispado de Guadix-Baza, que con gran satisfacción
y alegría, en el momento de escucharme al teléfono me dijo:
“¡Pedro Jacinto!, te
llamo en nombre de Antonio, nuestro Obispo;
TE HAN CONCEDIDO LA DISPENSA, os felicito a Isabel y a ti, porque me
hago cargo de todo el sufrimiento que estáis llevando; a continuación te envío
el Documento Oficial en que el Obispo te
comunica la respuesta del Papa; ya podéis comenzar los trámites para recibir el
Sacramento del Matrimonio el que tanto
habéis deseado y esperado; Antonio ya te felicitará pronto.”
En unos días me llegó
la comunicación del 13 de septiembre /76, en que el Obispo de Guadix, me
reproducía palabras del Rescripto papal. que con el respeto que siempre he
tenido, tengo y tendré por nuestra Madre la Iglesia,
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